Sabemos que la tercera revolución de la medicina, después de la cirugía y los antibióticos, es la neurociencia. En la actualidad, se gastan miles de millones de euros en la investigación del funcionamiento cerebral, con el objetivo de conocer y comprender cada vez mejor, la parte no consciente de nuestro cerebro.
Como en todas las investigaciones y desarrollos tecnológicos, los resultados siempre presentan dos caras. La cara positiva y amable, es el avance que significan estos conocimientos, para mejorar la vida de los seres humanos. Pero la cruz, es que todos esos conocimientos, también son susceptibles de ser utilizados por determinados colectivos, para manipular a nuestros semejantes (sino que se lo pregunten a los inventores de la bomba atómica).
Con estas premisas, hoy está abierto un profundo debate ético sobre la utilización de esos conocimientos. No obstante, mientras se debate el tema, y como no podía ser de otra manera, se ha ido creando una poderosa industria “paralela” a toda esa investigación científica.
Entre todos los que se han acercado de una manera más “agresiva” a esos conocimientos, se encuentran los publicistas; que han olido la enorme oportunidad de negocio, que significa conocer los resortes que mueven el comportamiento humano.
Aquí es donde entra en juego el NEUROMARKETING; entendido como la utilización y mezcla de las nuevas y sofisticadas técnicas de la neurociencia, con las del marketing clásico. Su objetivo, es el de buscar las respuestas sobre lo que pasa en nuestro cerebro, cuando se toman las decisiones frente a algo nuevo (determinados productos o campañas publicitarias).
Simplemente analizando las ondas cerebrales de las personas, y sin necesidad de preguntarles nada; es decir “leyendo directamente su cerebro”, se sabe que emociones y sentimientos les despiertan determinados estímulos o productos. Esta tecnología, debido a la gran recesión económica que padecemos, se ha convertido en prioritaria para los profesionales del marketing. Su utilización, permite que se rentabilicen al máximo las inversiones.
Todos estos conocimientos se emplean en el Branding, que es un anglicismo empleado en mercadotecnia, para hacer referencia al proceso de construir y lanzar una marca.
Los expertos en Branding, son siempre capaces de encontrar algún motivo lo suficientemente potente, como para que el cliente llegue a la conclusión, que si no compra el producto propuesto, es poco menos que estúpido. He observado a muchas personas, que ante determinados productos, exclaman como movidas por un resorte inconsciente: ¡lo quiero!
Lo más relevante del Branding, es que mientras la publicidad atrapa la mente de los consumidores (pero a costa de gastarse mucho dinero), el Branding se apodera de sus corazones, movilizando instintos, sentimientos y emociones.
Por eso los expertos saben, que una marca nunca debe hablar del fabricante, sino de los consumidores. Se trata de lograr conexiones poderosas y profundas entre la marca que nos quieren vender y la historia que nos cuentan. Saben que si la historia nos “engancha”, detrás va la marca, y desde ese momento somos todo suyos.
Como explicaba en la distorsión de la realidad, nunca hay un primer encuentro, todos son encuentros en el inconsciente. Determinada persona me gusta, porque tiene el tono de voz de mi madre y eso me condiciona positivamente hacia ella. Pero si esa misma persona, de pronto hace un gesto con la mano, que mi inconsciente “recuerda” como agresivo para mí, esa persona dejará de gustarme.
Los expertos en neuromarketing, saben que la carga afectiva de una percepción actual, se puede deslizar a una percepción del pasado, modificando y configurando atracciones o rechazos. Los sentidos, son buena prueba de ello: una música, un olor, un sabor, el tacto; son capaces de «trasladarnos» en el tiempo, movilizando afectos y emociones. Para esos profesionales, el reto consiste en encontrar aquellos “resortes” afectivos, que sean capaces de movilizar y ligar, determinadas percepciones (marcas), a los sentimientos y emociones de sus consumidores.
Como ejemplo magistral de todo lo dicho, os presento este pequeño y emocionante corto, llamado los cuatro sentidos. En él, se vincula una historia profundamente humana con una marca comercial. Aunque dura apenas siete minutos, es muy probable que sintáis como la historia os atrapa emocionalmente desde el primer instante. Si eso ocurre, vuestra mente habrá hecho una «conexión» con la marca que hay «detrás»; y sin apenas daros cuenta, vais a empezar a hablar de ella, alentando un «rumor», que permitirá que su conocimiento se expanda cada vez más. Continuará …
Hoy os voy a hablar de los fosfolípidos, como otro de los elementos esenciales para el buen funcionamiento mental. Los fosfolípidos son las grasas “inteligentes” de nuestro cerebro. Forman parte de todas las membranas de las células, y son los que ayudan a fabricar la mielina que recubre todos los nervios, aislándolos y favoreciendo que los impulsos nerviosos lleguen sin problemas al cerebro.
Entre sus funciones a nivel mental, destacan las siguientes:
1.- Mejoran el humor
2.- Aumentan la capacidad de aprendizaje y el rendimiento intelectual
3.- Protegen frente a la pérdida de memoria y el Alzheimer
Podéis hacer este pequeño test que os muestro a continuación, y si contestáis positivamente a cinco o más preguntas, es muy probable que no estéis consumiendo la cantidad suficiente de fosfolípidos:
• ¿Comes pescado (especialmente sardinas) menos de una vez a la semana?
• ¿Tomas menos de tres huevos a la semana?
• ¿Tomas hígado, soja/tofu o nueces menos de tres veces por semana?
• ¿Tomas menos de 5 gramos de lecitina al día?
• ¿Estás perdiendo memoria?
• ¿Estás buscando a veces algo y se te olvida qué es lo que estabas
buscando?
• ¿Te resulta difícil hacer cálculos mentales?
• ¿Tienes a veces dificultad para poder concentrarte?
• ¿Tienes tendencia a la depresión?
• ¿Aprendes con lentitud?
Si te faltan fosfolípidos, presta especial atención a lo que sigue y corrige tu nutrición. Sabemos que hay dos tipos de fosfolípidos que son fundamentales para nuestra salud mental: la fosfatidilcolina y la fosfatidilserina. En el área de la investigación, se han hecho múltiples experimentos que han demostrado que la suplementación con estos dos fosfolípidos, aumenta las prestaciones cerebrales a nivel cognitivo.
Aunque nuestro cuerpo es capaz de fabricar fosfolípidos, es mucho mejor añadir algunos a la dieta. Las fuentes más ricas en estas sustancias, son los huevos y la casquería. Hoy comemos mucho menos de estos dos alimentos que hace unas décadas.
Dentro de las “modas dietéticas”, hace años que se le declaró la guerra a los huevos, debido a los temores de que el colesterol era la principal causa de las enfermedades cardíacas. El colesterol es esencial para tener una buena salud, y el cerebro contiene grandes cantidades, además de que es indispensable para la fabricación de hormonas sexuales (estrógeno, progesterona y testosterona).
Cada año, se van recortando las cifras que se “deben tener” de colesterol para considerarlo normal, y así de paso, los laboratorios pueden vender mas estatinas. Tener el colesterol “alto” no es una enfermedad, en todo caso es un factor de riesgo, como puede ser el sobrepeso o la tensión arterial alta. Se han hecho múltiples investigaciones, donde se ha concluido que los huevos no elevan el nivel de colesterol en sangre, ni provocan enfermedades del corazón. Un huevo orgánico rico en Omega 3 es un superalimento, en particular si no lo freímos.
Por lo que acabo de explicar, no deja de ser curioso, que mientras la ingesta de fosfolípidos ha disminuido, los problemas de falta de memoria y concentración han aumentado. Por algo será, que los animales situados al frente de la cadena trófica como los leones, lo primero que devoran de sus víctimas, son las vísceras y el cerebro.
Sabemos que las grasas esenciales son buenas, y que el tipo de grasa que haya en los huevos depende de lo que coman las gallinas. Si estas, se alimentan con semillas de lino o harina de pescado, sus huevos serán muy ricos en Omega 3. Mientras no se frían, los huevos orgánicos, son un gran alimento para el cerebro y la fuente de fosfatidilcolina más rica de la dieta.
La lecitina es una excelente fuente de fosfolípidos, especialmente si se consume en forma de fosfatidilcolina. La mejor manera de tomarla, es añadir una cucharadita colmada de fosfatidilcolina a los cereales del desayuno. Tiene un efecto añadido, que es el de ayudar a digerir las grasas corporales (por lo tanto, no engorda).
La acetilcolina, de la que ya hablamos, es el neurotransmisor de la memoria, y se fabrica a partir de la colina. Por lo tanto, su deficiencia, es la causa más común de la pérdida de memoria. La colina se encuentra en el pescado (especialmente las sardinas), los huevos, soja, cacahuetes y otros frutos secos. La colina también mejora el funcionamiento del hígado.
Finalmente, la fosfatidilserina, es una parte esencial de los receptores del cerebro, por lo tanto, es indispensable para ayudar a las células cerebrales a comunicarse entre sí.
En conclusión: los fosfolípidos son las moléculas de la memoria. Continuará …
Hoy os quiero presentar este magnifico libro sobre la educación, titulado, “EL ELEMENTO, descubrir tu pasión lo cambia todo”. Su autor, Sir Ken Robinson, que fue profesor de Educación Artística en la Universidad de Warwick, es hoy un reconocido líder y conferenciante internacional en el desarrollo de la innovación y recursos humanos. Ha trabajado con muchos gobiernos en el área de la educación. Posee un humor muy inglés, que le permite transmitir y calar en el interlocutor de una manera muy efectiva.
Siguiendo la serie de Nutrición y Salud Mental, hoy os voy a hablar de otros nutrientes esenciales para nuestro cerebro: los aminoácidos.
Como ya expuse en La Nutrición en psicoterapia, los aminoácidos son los “ladrillos” con los que se construyen todas las proteínas de nuestro organismo; siendo estas, el componente básico de la vida. Ellas, son imprescindibles para la formación de las células y son las encargadas de reparar todos los tejidos de nuestro cuerpo. Así mismo, son el componente principal de las enzimas, y tienen un papel protagonista en todas las funciones de nuestro organismo.
Las “palabras” que utiliza el cerebro para enviar mensajes entre las neuronas, son los neurotransmisores, y las “letras” con las que se forman esas palabras, son los aminoácidos.
Para poder entender la gran importancia que tienen los aminoácidos en nuestro cerebro, debemos comprender lo que hacen realmente los neurotransmisores en el mismo. Existen cientos de tipos distintos de neurotransmisores en nuestro organismo, pero los que desempeñan un papel más importante en el cerebro son los siguientes:
• La adrenalina, noradrenalina y la dopamina. Son los neurotransmisores estimulantes que nos motivan, alertan, y ayudan a enfrentar el estrés. Se fabrican a partir del aminoácido llamado Tirosina
• El GABA, contrarresta la acción de los neurotransmisores estimulantes, relajándonos y calmándonos después del estrés. Procede de los aminoácidos Taurina y Glutamina
• La serotonina, nos mantiene felices y con buen ánimo. Se genera a partir del aminoácido llamado Triptófano
• La acetilcolina, es la que mantiene despierto al cerebro, mejorando la memoria y la alerta mental
• Las triptaminas nos mantienen conectados. Por ejemplo, la melatonina nos hace sincronizarnos con el día y la noche y con las estaciones del año. Su precursor es el Triptófano
Si cada uno de estos neurotransmisores, dependen para su formación de los diferentes aminoácidos, nos daremos inmediatamente cuenta de la importancia de estos, para nuestro equilibrio mental.
Como ya explique, la nutrición ortomolecular se centra en la célula y en su correcta nutrición. Las enfermedades, son producidas por desequilibrios nutricionales celulares, que pueden ser tratados y corregidos con una correcta nutrición celular. Toda célula debe estar bien oxigenada, bien nutrida y limpia de tóxicos.
Por lo tanto, numerosos problemas que afectan a la salud mental (disfunciones mentales y trastornos del pensamiento), pueden resolverse con una profunda desintoxicación neuronal y con una dieta rica en nutrientes; especialmente en aminoácidos, que el cerebro necesita para su correcto funcionamiento.
La deficiencia en aminoácidos es bastante habitual y cuando eso ocurre, la persona puede ser víctima de depresión, apatía, falta de concentración, agotamiento, mala memoria, incapacidad para relajarse y ausencia de motivación entre otras alteraciones.
Actualmente con la Cromatografía Líquida de alta resolución(HPLC), se puede saber cuales son las deficiencias nutricionales del cerebro, que han podido llevar a enfermar a un determinado paciente. Con este análisis de aminoácidos libres en plasma, se logra cuantificar 39 aminoácidos fisiológicos que circulan por la sangre, y que no proceden de la ruptura de proteínas.
Gracias al Dr. Javier Aizpiri, que dirige el Servicio de Medicina Psico-orgánica de Bilbao, aprendí a interpretar estos análisis, que son tan beneficiosos para el abordaje de múltiples patologías cerebrales. La formación del Dr. Aizpiri es “higienista” y por lo tanto conoce mejor que nadie la importancia del sol, el aire, el agua, la nutrición, la ausencia de tóxicos y el ejercicio, para una correcta y natural recuperación de todo ser humano. Comparto con él, esta pasión por la Medicina Natural que hace mayor hincapié en potenciar la salud, que en luchar contra la enfermedad. Procuro utilizar, al igual que él, un mínimo de psicofármacos, puesto que son sustancias químicas ajenas al organismo y que actúan sobre la transmisión neuronal.
Fue al Dr. Aizpiri a quién le oí decir, como buen agricultor que es, que cuando un árbol enfermaba, había que podar, abonar y ponerle al sol. Si hablamos de seres humanos, esto se traduce en que debemos limpiarles de tóxicos (podarles), nutrirles bien (abonarles) y darles el tiempo necesario para su recuperación (ponerles al sol).
El metabolismo de las personas, necesita tiempo para recuperarse, y en el caso del cerebro el ritmo de recuperación es de 2 gramos diarios. Si el peso medio de un cerebro humano es de 1500 gramos, necesitaremos 2 años aproximadamente, para recuperarlo en gran parte.
Volviendo al tema de los aminoácidos, sabemos que existen dos tipos: los esenciales, que se llaman así porque el organismo no los produce (triptófano, metionina, fenilalanina, treonina, valina, leucina, isoleucina y lisina) y por lo tanto, solo se pueden adquirir a través de la dieta. A los que sí puede producir el organismo, se les llama no esenciales, pero hay que tener en cuenta que son igual de importantes.
Los aminoácidos que causan mayores problemas al sistema nervioso central, son el Triptófano, la Fenilalanina y la Metionina. En la mayoría de las personas deprimidas, hay un déficit de Triptófano, provocado por una mala nutrición o agotamiento cerebral. En ocasiones, el Triptófano aparece muy elevado y eso es debido a que el paciente está tomando demasiados antidepresivos que hay que retirar. Si tenemos el triptófano bien y damos antidepresivos, estos no harán nada.
Si nos falta la Fenilalanina, es que tenemos los Omegas muy bajos, y eso hará que estemos muy agotados y peor por las tardes. Su administración hará que mejore la depresión, la memoria y la esquizofrenia.
La Metionina forma parte de todas las proteínas y hace funcionar al hígado. Es el gran metilador del organismo. Los marcadores de la depresión son el Triptófano, la Fenilalanina y la Metionina bajos.
El marcador de la ansiedad es la Cisteína aumentada, y esta será crónica, cuando la Cisteína, la Tirosina y el Ácido Aminobutírico estén elevados.
El desequilibrio funcional cognitivo se dará cuando la Fosfoetanolamina, la Fosfoserina y la Taurina estén bajas.
El ácido glutámico (aminoácido no esencial), es la “gasolina” de nuestro cerebro. Si está bajo, perderemos memoria y estaremos cansados, y si está alto, nos sentiremos muy excitables. La Treonina (aminoácido esencial) es indispensable para combatir el estrés.
Como resumen de lo anterior hay que concluir que las proteínas son fundamentales, por lo que hay que consumirlas todos los días en cantidad y calidad suficiente. Cuando un alimento contiene proteínas con todos los aminoácidos esenciales, se dice que esta es de alta o de buena calidad. La clara de huevo (muy consumida por los culturistas) es la proteína de mayor valor biológico que existe, y es la que se toma como referencia, para medir el valor biológico de las otras proteínas. En gimnasios y lugares especializados, se venden packs de claras de huevo.
Se pueden combinar (sin tener que hacerlo al mismo tiempo), las proteínas de legumbres con proteínas de cereales para conseguir todos los aminoácidos esenciales en nuestra nutrición diaria. Algunos de los alimentos con todos los aminoácidos esenciales son: la carne, los huevos, los lácteos y algunos cereales como la espelta, la soja y la quinoa.
Otras combinaciones de alimentos que suman los aminoácidos esenciales son: garbanzos y avena, trigo y habichuelas, maíz y lentejas, arroz y cacahuetes, etc. En definitiva, legumbres y cereales ingeridos diariamente, pero sin necesidad de que sea en la misma comida.
Os dejo este breve documental sobre los neurotransmisores.
Los que tenéis la paciencia de seguirme en este blog, habréis observado que uno de los conceptos que más repito es el de paradigma; que como sabéis significa el conjunto de creencias, ideas o reglas del juego por las que nos regimos todos, y que tienen la categoría de mitos (es decir no se pueden discutir, son así, y punto).
En el viaje de la vida, es absolutamente necesario contar con un sistema de creencias o paradigmas sólido, que nos permita vivir en sociedad. Gracias a esos paradigmas o creencias, poseemos unos “mapas” o “reglas”, que nos han transmitido nuestros mayores para entender la realidad que nos ha tocado vivir. Lo que nunca hay que perder de vista, es que esos mapas son representaciones simbólicas de la realidad, pero NO SON la realidad (lo mismo que un mapa de carreteras, no es la carretera).
La nutrición juega un papel fundamental en la Salud Mental del individuo. Como seres vivos que somos, nos nutrimos de la energía solar. Las plantas, absorben el oxigeno y el hidrogeno (agua) del suelo, y el carbono y el oxigeno (dióxido de carbono) del aire. Luego combinan todos estos átomos con ayuda de la energía solar produciendo los hidratos de carbono.
Cuando nos comemos esas plantas, los hidratos de carbono se descomponen en nuestro organismo en glucosa, y esa glucosa es la que se «quema» en el interior de las células, liberando «energía solar» que nos mantiene vivos.Continue reading
Gracias a Carlos González, que es licenciado en ciencias físicas, divulgador del nuevo paradigma de la conciencia y autor de un interesante blog llamado La danza de la vida, descubrí este magnifico documental llamado LA MATRIZ DE LA VIDA.
En él se presenta una nueva visión de la medicina, tomando en cuenta el campo unificado y los campos morfogenéticos alrededor del cuerpo; que siendo invisibles, regulan todo el organismo, configurando el campo de la conciencia. Continue reading
Seguro que en más de una ocasión habréis oído a alguien argumentar, que estamos en manos del destino; en el sentido de que todo está escrito y no importa lo que hagamos con nuestra vida, porque las cartas están echadas, y al final todos calvos (en esto último, sí tienen razón).
Se trata de personas deterministas y vencidas de antemano. Para ellas, es el destino quien decide qué, cómo y donde nos sucederán los acontecimientos de nuestra existencia. Si nos lo creemos, no nos queda otra, que asistir como testigos mudos y pasivos, al gran espectáculo de «ser vividos y devorados por nuestra propia vida«.
Lamentablemente, en mi trabajo profesional, ese determinismo, es un obstáculo no siempre fácil de salvar. Por el miedo al cambio, muchas personas se aferran a esas creencias. Son creencias que germinan y toman cuerpo, en el proceso de socialización, aborregamiento o edu-castración, al que todos somos sometidos.
Según las corrientes deterministas, la sociedad impone sus reglas “para equilibrar los deseos e intereses individuales; puesto que si faltasen, los seres humanos desembocaríamos en un caos generalizado”, tal y como afirmaba Hobbes, cuando dijo que “el hombre es un lobo para el hombre”.
Es cierto que las corrientes espiritualistas del pensamiento, afirman que todos tenemos un Dharma, un destino en la vida, que hay que saber encontrar y recorrer. Pero en este concepto de destino, hay acción y búsqueda activa para conectarnos con la “fuente” de donde venimos.
Hoy quiero hablaros y compartir con vosotros, de una herramienta que se llama El CIRCULO DE INFLUENCIA, y que está diseñada, para revertir tan triste y estéril creencia.
En esencia, consiste en lo siguiente. Imaginaos que en un papel, trazo un gran círculo y dibujo muchos puntos negros dentro de él; representando cada uno de ellos, las cosas que nos pueden pasar a lo largo de la vida.
Si ahora trazo un circulo más pequeño en su interior, muchos de esos puntos quedarán atrapados dentro. Pues bien, a ese círculo más pequeño (de color azul), es al que llamamos CIRCULO DE INFLUENCIA, porque contiene todos aquellos sucesos de nuestra vida (puntos) que nos pueden ocurrir, PERO SOBRE LOS CUALES SI PODEMOS INFLUIR.
Vamos a imaginar, que uno de esos puntos que se encuentra en el interior de nuestro circulo de influencia, es un gen diabético. Está claro que con nuestra conducta podemos influir en él. Si nos alimentamos correctamente, hacemos ejercicio de forma regular y cuidamos nuestra forma de vida, es muy posible que este gen no se active nunca, o si lo hace, es más que probable que lo haga cuando seamos muy mayores.
Si somos conscientes de nuestro círculo de influencia y nos dedicamos a trabajar en él, de forma lúcida y constante (a Dios rogando y con el mazo dando), nuestro poder para seguir ampliándolo irá en aumento.
Con el tiempo, lograremos ir reduciendo el “determinismo” inicial; siendo la consecuencia de todo ello, un mayor empoderamiento sobre nuestra vida, disminuyendo el margen del «destino», a cuotas razonables y perfectamente asumibles.
En cualquier psicoterapia o proceso terapéutico, las recaídas son básicas y necesarias, para ir consolidando los aprendizajes.
Las recaídas tienen muy mala prensa, y se suelen asociar al fracaso. Van en contra de lo que se supone debe ser una buena psicoterapia, donde siempre se espera que la mejoría sea continua y permanente.Continue reading