Todos somos únicos. No hay enfermedades sino enfermos

Todos tenemos una “farmacia interior”, con todo lo necesario para sanarlos en las dimensiones físicas, psíquicas y espirituales. Hay que aprender a explotar nuestros recursos

Yo no te curo. Te acompaño y pongo mis conocimientos al servicio de tu cambio

Tu “yo verdadero” sabe lo que te pasa, lo que ocurre es que no sabes que sabes. Es una ignorancia aprendida. Debes aprender a confiar en tu “yo verdadero” y a desconfiar de tu Ego

Sin ti y tu permiso para acompañarte, no puedo hacer nada. Necesito que me admitas y me permitas ayudarte. Me involucro, sin creerme superior, intentando acompañarte. Nada más

Debes saber, que la enfermedad es un mecanismo de supervivencia que indica que algo anda mal y que debe ser cambiado. La enfermedad es el “gran maestro” al que siempre hay que atender

No hay “problemas”, hay “situaciones” difíciles y dolorosas que nos dan la oportunidad de cambiar

Las causas emocionales, subestimadas por la cultura occidental, están en el origen de todo desequilibrio. El verdadero problema está en la mente

Salud no es solamente ausencia de enfermedad, sino lograr el pleno estado de bienestar físico, psíquico y espiritual

En mi práctica médica aplico los principios del higienismo: Podar (limpiar de tóxicos), abonar (nutrir y dar lo que se necesita) y poner al sol (proporcionar el tiempo necesario para recuperarse)

No creas nada de lo que te digo sin que lo confirmen con tu experiencia. Tu eres el único que puede revertir tu situación