cartaHoy os voy a hablar de una herramienta que considero básica para el proceso de iniciar o activar la comunicación humana. Muchos piensan que se comunican bien con las personas de su entorno, pero cuando se analiza en detalle, se ve que lo que están haciendo, es informarse de los sucesos cotidianos: «que han hecho los niños, a quién has visto hoy, que te ha dicho fulanita», etc.

SE INFORMAN, PERO NO SE COMUNICAN

La carta espejo, que es así como se llama la herramienta, pretende facilitar el logro de la comunicación plena

CONCEPTOS PREVIOS

En numerosas ocasiones, cuando atiendo a parejas y se inicia algún tipo de conversación más o menos delicado entre ellos, observo que ninguno escucha, y lo que hacen es esperar a que el otro respire para meter baza. Se oyen pero no se escuchan. Se trata de una lucha de poder, donde vale todo con tal de tener razón. El «arma básica» de esta batalla dialéctica, es el reproche; que a su vez, es la forma preferida de vinculación que utilizan los niños.

Son personas, que empezaron a tratarse desde la igualdad (simétricamente), pero luego se enzarzaron en una lucha de poder, que es lo que en la Teoría General de los Sistemas Humanos, se conoce con el nombre de «escalada simétrica» (mira que tú, pues anda que tú …), que es el camino más recto para continuar incomunicados y resentidos.

Aquí, conviene recordar lo que ya he explicado en otro artículo: Cuando uno no entiende a otra persona, siempre se le atribuye locura o maldad. Al principio se le disculpa, porque se piensa que tiene un mal momento, y algo ajeno a él le está pasando (porque sino, no me hablaría así). Si sigue firme en su posición, inmediatamente se le atribuirá maldad (hay que ver que engañada me tenia o cuidado con la mosquita muerta).

DIFICULTADES DE COMUNICACIÓN

Si analizamos un poco más de cerca las dificultades en la comunicación, hay que matizar que para escuchar, lo primero que hay que hacer es entender al interlocutor. Para entenderse con alguien, hay que poseer un «mundo semántico» similar (manejar palabras y conceptos compartidos, que permitan expresarse y comprenderse mútuamente). Ese es uno de los motivos por los cuales, personas que provienen de estratos sociales diferentes, con educaciones dispares, y por tanto, con Universos semánticos distintos, tienen muchas más probabilidades de no comunicarse bien.

Sabemos que el enriquecimiento semántico se logra fijando conceptos y aprendiendo palabras nuevas. Todo ello nos lo proporciona básicamente la lectura, pero sin olvidarnos, que como cualquier actividad en la vida. A comunicar se aprende comunicando.

Otra observación cotidiana, es que en general, suele costar hablar de cosas íntimas cuando estamos en sociedad. Todos deseamos y tememos la intimidad, porque siempre está latente el miedo a ser rechazados o avergonzados, como rémora de los primeros aprendizajes (o soy perfecto, o me callo). Sin embargo, si en una reunión alguien se atreve a poner encima de la mesa algún comentario íntimo, nadie se reirá. Bien al contrario, crecerá la atención participativa, porque ese alguien se ha atrevido a hablar de su intimidad, y eso infunde interés y respeto.

La capacidad que tiene cada uno para comunicarse, es un ingrediente de su inteligencia emocional, y como expliqué en la cuenta corriente afectiva, esta inteligencia se divide básicamente en dos: la inteligencia intrapersonal y la interpersonal.

Para comunicarse bien, se necesita el coraje suficiente para «salir de sí mismo» y el amor suficiente para «entrar» en el otro, porque la comunicación es relación y revelación interpersonal

CÓMO SE ESCRIBE LA CARTA

La carta está diseñada para que produzca efectos tanto en el emisor, como en el receptor de la misma, con la intención de mejorar su comunicación.

¿Por qué el nombre de carta espejo? Porque todas las relaciones son espejos. Nos atraen aquellas personas en las que «vemos» cualidades que nos gustaría tener y nos repelen aquellas otras, en las que «vemos» aspectos que negamos en nosotros mismos. Trabajando en el «espejo» de las relaciones, podemos llegar a ampliar nuestro nivel de conciencia.

Se trata de exponer, a través de la carta, aquellos aspectos más íntimos que nos acercarán a nuestro interlocutor.

Para que la carta espejo sea eficaz, se deben seguir al pie de la letra las siguientes reglas, que a continuación explicaré:

                      1ª. Está absolutamente prohibido reprochar nada al receptor de nuestra carta. Hay que

                            explicar con la máxima sinceridad, como nos ha hecho sentir determinado suceso

                      2ª. Se debe escribir en tercera persona

                      3ª. Debe incluir la condición, de que durante un lapso de tiempo, está absolutamente

                           prohibido hablar de nada de lo que se haya escrito en la carta

FUNDAMENTOS DE LA TÉCNICA

La primera regla, hacer referencia a la prohibición de reprochar nada. Ya he explicado, que para lo único que sirve el reproche, es para que la otra persona se cierre, y sea imposible la comunicación. Por lo tanto, es fundamental, leer y releer la carta, hasta borrar el más mínimo vestigio de reproche.

Es necesario que el que escriba, quiera comunicarse sinceramente. Se trata de hablar de él o ella, de abrir su corazón, explicándole al otro/a como le ha hecho sentir determinada situación, que es objeto de la carta.

¿Por qué es fundamental escribirla en tercera persona? Porque nos sirve para tomar distancia. El narrador no no es el protagonista, el protagonista es «una cámara» que cuenta una escena determinada.

Como ejemplo de lo dicho, tomemos la carta que María le escribió a su marido Manuel:

«Estaba María leyendo tranquilamente el periódico, cuando Manuel, le dijo que le trajese un vaso de agua. Acababan de discutir. María, se sintió herida por la voz de mando de su marido. Estuvo a punto de saltar, pero se contuvo. Se sintió al mismo tiempo, temerosa de él y profundamente triste, pero no se atrevió a hablar».

En estos párrafos, vemos como María muestra su interior, y a modo de soliloquio, le comunica a Manuel –sin reproche–, todo lo que ha sentido. Gracias a la tercera regla, se evita que Manuel «tenga» que contestar. Así, podrá leer la carta todas las veces que le plazca, y esto irá abriendo espacios de comprensión y reflexión, mejorando su comunicación.

En la primera carta que se escriba, suele ser buena idea que se anuncie que se trata de un juego, para que el receptor de la misma, no piense que el emisor ha perdido la cabeza. Al final de la carta, debe figurar siempre, el tiempo que debe transcurrir hasta que se pueda hablar de lo escrito ( un buen periodo suele ser una semana).

Las cartas no tiene porque ser muy largas, ni excesivamente elaboradas. Se pueden dejar en algún lugar para que el destinatario las encuentre fácilmente, o se pueden mandar por correo, o incluso por whatsApp. ¡Ah!, se me olvidaba. Es muy importante también, mandar «cartas positivas», resaltando el efecto beneficioso que nos ha producido determinada conducta del otro/a.

Si os atrevéis a poner esta técnica en marcha, vais a comprobar que entre ambos participes, se va a generar un comportamiento cómplice muy prometedor (sonrisas, comentarios, etc.). Es el principio del cambio. Ánimo y a probar !!