Blog del Doctor Cabau

Terapia Integral Planificada

CENTRO DE PSIQUIATRÍA DINÁMICA
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INTELIGENCIA EMOCIONAL: «LA CUENTA CORRIENTE AFECTIVA»

Hoy os voy a presentar una nueva herramienta que suelo enseñar a mis pacientes, y que considero de enorme utilidad para la vida en general. Se trata de la “la cuenta corriente afectiva”.

 
Esta herramienta está diseñada, para poder mantener un adecuado “flujo” de capital afectivo con las personas que realmente nos importan, y de esta manera, aumentar los niveles respectivos de autoestima. Es relativamente fácil de aplicar, pero para poder sacarle el máximo partido, resulta fundamental comprender su mecanismo de acción.
Hay múltiples maneras de definir a las personas y una de ellas, es dividirlas en activas y reactivas. Las personas reactivas, son aquellas que se limitan siempre, a reaccionar frente a las demás personas o acontecimientos de su vida: Si esta persona no me habla, me entristezco. Si me sonríe, soy feliz. Si hace mal día, estoy triste, etc. Son personas que ceden su poder a los otros, y están atrapadas por la creencia básica de “con tal de que me quieran, donde hay que firmar”; dependiendo  excesiva y sumisamente, del entorno y sus circunstancias.
 
Este tipo de personas presentan una autoestima muy disminuida, buscando en los demás lo que no son capaces de darse a sí mismas. Unas veces demandaran aceptación, otras reconocimiento o afecto, pero siempre, su conducta mostrará que sus “depósitos de amor hacia sí mismos”, están completamente vacíos.
 
Esa conducta demandante, les envuelve en un sufrimiento más o menos difuso; pero lo que no suelen percibir, es que paralelamente a ese sufrimiento, se va generando en ellos, un “departamento de resentimiento”. El resentimiento se crea, al obligarse al esfuerzo continúo de responder al deseo del otro, y eso va generando, “tacita a tacita”, el correspondiente resquemor. Resquemor, que suele explotar en el momento más inoportuno; dejándoles confusos, abatidos y culpables, lo que a su vez, vuelve a poner en marcha el mecanismo de sumisión.
 
Por el contrario, las personas activas son aquellas que hacen que las cosas ocurran. Si quieren algo, se focalizan en lo que desean, independientemente del entorno y van a por ello. Nunca ceden su poder a nadie. Se autoabastecen de lo que necesitan y por lo tanto, son ricas en autoestima.
Sabemos que la autoestima es el ingrediente fundamental de la llamada inteligencia emocional. Definimos la inteligencia emocional, como la capacidad para reconocer sentimientos, emociones y estados de ánimo propios y ajenos, y además, poseer la habilidad suficiente para manejarlos.
 
Según esto, la inteligencia emocional, es la suma de la inteligencia intrapersonal (que es aquella que se refiere a la autocomprensión, al acceso a la propia vida emocional, pudiendo discriminar esas emociones y conducirse de acuerdo a ellas), más la inteligencia interpersonal (que se basa en la capacidad de ponerse empáticamente en el lugar del otro, pudiendo relacionarse armónicamente con él). Fue el profesor de Harvard, Howard Gardner, quien en 1983, formuló la teoría de las inteligencias múltiples, entre las que se encuentran estas dos últimas que acabo de mencionar.
 
En nuestro Mundo actual, en general las personas son pobres en autoestima, porque el Sistema y las creencias dominantes, se han encargado de inculcarnos que nuestra felicidad y acomodo, dependen siempre de algo externo a nosotros: llámese belleza, dinero, poder, éxito, etc.
 
Por lo tanto, de manera inexorable cada vez nos alejamos más del “como me siento yo”, para instalarnos en el “como me valoran los demás”. La consecuencia de ese cambio, es que sin darnos cuenta, vamos perdiendo autoestima. 
 
Volviendo al tema que nos ocupa, les pido a los pacientes que hagan una lista de aquellas personas que consideren afectivamente importantes, y con quienes les gustaría generar una red de empatía y solidaridad, que engendrase a su vez, las sinergias necesarias para que todos aumentasen sus niveles de autoestima.
 
Básicamente, se trata de “abrir cuentas corrientes afectivas” con cada una de estas personas y empezar a hacer “ingresos afectivos”. Si por ejemplo, a mi hijo le gusta el baloncesto, le puedo regalar una revista de baloncesto; a un amigo le puedo llamar para preguntarle por su salud, puedo saludar con afecto, regalar sonrisas, etc. Todo ello, me procurará unas “cuentas corrientes afectivas” saneadas.
 
Si en algún momento, me porto mal con alguien, es como si hiciese un “reintegro”, pero como he “ingresado” sistemáticamente en su cuenta, poseo el crédito suficiente para reparar mi acción.
 
Seguramente, todos tenemos algún ex amigo al que le hemos ido retirando nuestro crédito, puesto que además de no ingresar en nuestra cuenta afectiva, no paraba de hacer “reintegros” con su mala conducta hacia nosotros. Al final, como hacen los bancos, no le dimos más crédito y perdió nuestra amistad.
 
Justamente, cuando estaba preparando este post, a través de Alejandra Herrera, me ha llegado este magnifico vídeo de 11 minutos de duración, titulado “Fichas de Póker” . Es de Richard Lavoie, que es un experto reconocido internacionalmente, por su dedicación al tema de las dificultades y problemas de aprendizaje en los niños. Creo que es un buen ejemplo práctico, de todo lo dicho más arriba.
 

EL CUADERNO: ARMA DE RE-CONSTRUCCIÓN MASIVA

Considero fundamental el primer contacto con el paciente, y es muy probable que en un porcentaje muy alto, el éxito de cualquier terapia dependa de ese primer encuentro.
 
Como terapeutas, desde el instante uno, debemos empezar a trabajar simultáneamente con el cerebro derecho e izquierdo (ver el post Los dos cerebros). Esto quiere decir que hay que estar procesando tanto la “letra” como la “música” de lo que el paciente dice y hace. Por ejemplo; hay que estar atentos a como se presenta, a su actitud corporal, al apretón de manos, si se vincula o no con la mirada, etc. Todo eso, ocurre en unos segundos.
 
Una vez presentados, empieza la etapa social de toma de datos administrativos. Esta etapa es substancial, porque permite que durante unos minutos, el paciente al ser preguntado por algo a lo que ha contestado en múltiples ocasiones, se pueda ir relajando (es más que probable que haya acumulado algunos nervios en la sala de espera). También se le da tiempo, para poder observar-calibrar al terapeuta y familiarizarse con el espacio físico de la consulta.    

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LA ÚNICA CONSTANTE EN LA VIDA ES EL CAMBIO

Mi ocupación diaria como médico psiquiatra y psicoterapeuta está centrada en el cambio. Muchas personas al llegar a la consulta, me dicen: ¿pero doctor, como voy a cambiar si ya tengo cincuenta años? Son personas que tienen la creencia de que a partir de una determinada edad, ya no se cambia. Siempre les contesto, que no somos productos terminados y que si hay alguna constante en la vida, esa es el cambio.

Como expliqué en el post, Ansiedad señal versus ansiedad traumática, los seres humanos nos movemos en “un campo tenso”; donde por un lado estamos llenos de miedos (miedo al futuro, miedo a perder lo conocido y miedo a la confusión) y por otro, no tenemos más remedio que enfrentarlos.
 
La gran paradoja de la vida es “estar cambiando continuamente, sin dejar de ser los mismos”. Estamos instalados en un presente continuo (drama) y por lo tanto, no hay una situación que se repita de forma idéntica (ver Juegos en los que participamos. Drama versus melodrama). Frente a esa inestabilidad del cambio continuo que es la vida, necesitamos recurrir a situaciones que por repetidas, nos aporten cierta sensación de seguridad (los melodramas). El presente no tiene dimensiones, pero es el punto temporal único en que sucede todo cuanto sucede y cambia todo cuanto cambia.
 
El futuro es modificable, pero desconocido; el pasado es conocido, pero inmodificable. Entre esos dos infinitos espacios temporales, que se extienden en direcciones opuestas y que llamamos pasado y futuro, queda un instante infinitamente corto al que llamamos presente. En él, se encarna nuestra vivencia más inmediata y sin embargo más inaccesible.
 
Si fuésemos actores, imaginaros el estrés que supondría, representar cada día una obra diferente sin haberla ensayado antes. Por eso, repetimos nuestro “repertorio” una y otra vez. El peligro es repetir en exceso un determinado repertorio, generando melodramas sinfín (la víctima, el eterno adolescente, el maltratador, etc.). Como ya indiqué en Objetivos de la psicoterapia, precisamente, uno de los criterios más importantes de salud mental, es la movilidad de roles e ideologías.
 
Hoy os presento este magnifico documental, de 2 horas de duración que está subtitulado en español, y que se llama “El cambio de la ambición al sentido. Conversaciones con Wayne W. Dyer”. El documental gira en torno a las reflexiones del Dr.Dyer, que es una autoridad en el campo del crecimiento personal y espiritual. Es autor de numerosos libros, pero quizás le recordéis más, por su famoso best seller titulado “Tus zonas erróneas”.  
 
Junto al testimonio del Dr. Dyer, se trenzan otras historias que van ilustrando en diferentes contextos, variaciones de cambios personales. Aparecen conceptos como el “salto cuántico”, las “sincronicidades”, el “Dharma”, etc.
 
El documental arranca con las siguientes palabras del gran psiquiatra y psicólogo suizo Carl Gustav Jung:
 
Con muy poca preparación, damos el paso hacia el ocaso de la vida. Peor aún. Damos ese paso con la presunción falsa de que nuestras verdades y nuestros ideales nos van a servir como solían hacerlo. Pero no podemos vivir el atardecer de la vida, de acuerdo al programa de la mañana. Porque lo que fue grandioso en la mañana, se volverá pequeño en la noche, y lo que en la mañana era cierto, a la noche se habrá convertido en una mentira”.
 
Me ha hecho reflexionar el Dr. Dyer, cuando habla de los 9 meses de embarazo, señalando que nosotros sin encargarnos de «nada», llegamos a este mundo provistos de “todo”.
 
También es interesante la explicación de como a partir del nacimiento, debido al proceso de «domesticación» o de «educastración» al que todos somos sometidos por nuestros mayores, nos vamos separando de la “fuente” de donde venimos; llamese esta, Dios, Energía, Conciencia o Espíritu. Desarrollamos un EGO, que en ese proceso llamado VIDA, nos desvia del SENTIDO del SER, a la AMBICION por el TENER. 
Me parecen muy plenas de sentido, las palabras de Jung sobre la idea de que en el “atardecer” de la vida, uno debe prepararse para volver a esa “fuente” primigenia. Ese cambio, implica «desmaterializarse» (poner todo lo material en sus justos términos) y prepararse de forma progresiva, para pasar del TENER al SER.
Además de todo lo dicho sobre el documental, la música compuesta por Christopher Ferreira me parece muy bella y apropiada al “aroma” de la cinta. Que la disfrutéis. 
 

OBJETIVOS DE LA PSICOTERAPIA

Como médico psiquiatra, vengo observando en los últimos años, que a muchas personas les resulta de lo más natural acudir a la consulta del especialista. 

Antaño, esa situación era vivida por parte de los pacientes, con ciertos sentimientos de vergüenza y culpa al no ser capaces por sí mismos, de resolver sus problemas. Otra razón, no menos poderosa, y que no se ha erradicado aún del todo; era y es, que nuestros “éxitos” profesionales  suelen trascender muy poco; porque en general, una persona que haya sufrido y superado una depresión, pongamos por caso, no suele hablar de ello por temor a ser estigmatizada, mientras que si le han operado de algo, es más probable que no tenga ningún inconveniente en comentarlo.

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LOS UNIVERSALES PSICOLOGICOS

Los profesionales no tenemos todas las posibles respuestas para intervenir en cualquier situación, sea conflictiva o no. Sería tanto como pensar que se han logrado “aislar” todas las posibles conductas y reacciones humanas, plasmándolas en un libro a modo de vademécum (como ocurre con los fármacos, donde podemos consultar sus indicaciones, dosis, efectos secundarios, compatibilidades, principios activos, etc.) . Afortunada o desgraciadamente, no existe tal libro porque la realidad humana es tan compleja que cada uno de nosotros es un Universo particular.
 
Ahora bien, lo que sí es posible, al igual que ocurre con nuestra fisiología, es detectar y estudiar aquellos “universales psicológicos” que nos igualan unos a otros. Por ejemplo, si tomásemos una muestra de sangre de un grupo de sujetos sanos, veríamos que las variaciones en el número de glóbulos rojos se situarían entre 4 y 5 millones. Diríamos que en este caso, el fundamento o Universal fisiológico, se encuentra entre 4 y 5 millones.
 
En ningún momento diríamos ”hay que tener exactamente 4,7 millones de glóbulos rojos para estar sanos”. Se habla de rangos de valores o “márgenes de error fisiológico”, puesto que no somos máquinas y cada uno, está sometido a múltiples variables, entre las que podemos citar a modo de ejemplo; la edad, el sexo, la temperatura, el estado físico general, etc.
 
Suele ser habitual que me pregunten los alumnos o los profesionales a los que superviso, si tal o cual intervención psicológica fue buena o mala, si lo que hicieron en una ocasión fue o no correcto. Estas preguntas y otras similares, ya presuponen la existencia de “un modelo infalible de respuestas exactas” y como he dicho más arriba, no existen tales modelos.
 
Conviene dejar muy claro que no hay intervenciones buenas, ni malas. Solo hay intervenciones oportunas o inoportunas. Como ves, la “táctica”, es decir el tacto o el sentido común para intervenir en cualquier situación, es mucho más importante que la “técnica” con qué se haga.
 
Por este motivo, siempre le pregunto a mi interlocutor, que me cuente como fue el desenlace de su conflicto. Si me contesta que fue satisfactorio, es que hizo lo correcto. Esta contestación, parece digna de Perogrullo, pero efectivamente, hay un axioma en la comunicación, que se cumple a rajatabla: “ El resultado de la comunicación es la respuesta que se obtiene”. Si eres capaz de reconducir una situación difícil, es que estás utilizando la “técnica” correcta, sea esta consciente o no.
 
Cualquier profesional que se precie, debe estar abierto y dispuesto, a invertir en la adquisición de nuevas herramientas (ver el post la caja de herramientas), que le ayuden a mejorar su trabajo.
 
Estas “herramientas básicas”, se denominan Universales Psicológicos o Fundamentos de una técnica. Se trata de aquellos aprendizajes que nos van a dar una ventaja frente a interlocutores conflictivos. Lograremos ir siempre “5 minutos por delante de los acontecimientos” y eso, en la mayoría de las ocasiones, supone la diferencia entre el éxito o el fracaso de lo que nos proponemos.
 
Imagínate que quieres mejorar tu tenis con un buen profesor. El primer fundamento que te enseñará será el de saber coger bien la raqueta. Puedes pensar que eso es una tontería, porque ¿cómo no voy a saber yo coger una raqueta? Claro que sabes “sostener” una raqueta, pero lo que ignoras es que hay una manera de “sujetarla”, diferente según sea el golpe que vas a dar.
 
Las diferentes empuñaduras, son el resultado del esfuerzo y estudio de muchas personas que han dedicado toda su vida a profundizar en la técnica del tenis. No se trata de un capricho del profesor, sino de un fundamento básico de la técnica que enseña. Si le haces caso, cambiará tu nivel de juego. Inicialmente, es muy probable que pases por una fase de confusión y desánimo, que haga que no des pie con bola (ver el post unas palabras sobre el aprendizaje en psicoterapia) y tengas ganas de abandonar. Lo que te sucede, se debe a que hasta ahora, tu juego lo has ido construyendo compensando tus carencias técnicas.
 
Los resultados no serán inmediatos, pero conviene que recuerdes que todo lo que merece la pena en la vida, lleva tiempo conseguirlo y no hay atajos. Continuará …

LA FOTOGRAFÍA EN PSICOTERAPIA (y V) CASO PRÁCTICO

Esta foto titulada «las familias«, está constituida por formas naturales sociales que configuran dos grupos familiares. Ambos delimitan el espacio, como forma biológica primaria de reacción de sobresalto frente a la naturaleza hostil (fuerte ráfaga de aire junto al acantilado).

Como vehículo expresivo predominan los cuerpos y la distribución del espacio. 

Como relaciones entre las formas destaca la fuerte complementariedad madre-hijo de máxima protección y contención (la madre a pesar de tener las piernas y la pelvis adelantadas y estar embarazada, logra «dar cabida» al niño, cerrando un vínculo simbiótico-contenedor), mientras que el otro grupo familiar, no logra consolidar un círculo defensivo y más bien se sugiere un enmarañamiento sin cohesión de grupo (expresando temor en la configuración de su espacio).

En cuanto al espacio, el manejo de la altura es diferente: la mujer embarazada se mantiene erguida, sugiriendo un mayor control yoico de la situación, con un código intraespecie de protección de la prole. El otro grupo familiar pierde altura, se despliega en círculo y cunde el pánico buscando alturas más regresivas al quebrarse la verticalidad de sus miembros. Miran al suelo como seguridad ancestral y referencia segura.

Sabemos que los elementos yoicos están simbolizados en las «zonas altas» (observación, vigilancia, estrategia), mientras que en las «zonas bajas» predominan los procesos más regresivos y emocionales.

En la foto, se delimitan claramente dos configuraciones: la mujer embarazada con su hijito, configura una linea vertical y el grupo familiar sugiere la formación de un círculo que confluye en la niña, apartándose del abismo que supone el acantilado (sálvese quién pueda).

Se trata de una imagen cargada de tensión-movimiento: la mujer embarazada sigue la  deambulación con un movimiento de torsión expresado por la posición en planos distintos de los centros de equilibrio (pelvis adelantada y hombros más atrasados). En el grupo, hay mayor movimiento. El niño, guiado por la madre, inicia la marcha sin tensión conectado con su núcleo del Yo. La madre muestra una gran torsión corporal, con la mitad superior del tronco buscando apoyo y la otra mitad disociada en plano diferente.

En la niña hay una fuerte tensión muscular y en el abrazo del padre se refleja una gran oposición de formas, puesto que el abrazo puede ser de protector o de necesidad de ser protegido.

Como estudio semiológico, es importante destacar la existencia del acantilado y el viento, como símbolos de las fuerzas incontroladas de la naturaleza.

La foto es interesante porque fue espontánea. Los seis protagonistas iban paseando junto al acantilado, cuando de pronto fueron alcanzados por una fuerte ráfaga de viento. En ese mismo instante cada grupo familiar se dividió como respuesta de protección ante la hostilidad natural. La mujer embarazada con el niño en brazos, constituye una familia y el matrimonio y los dos niños se conforman como grupo aparte.

Ante un estimulo hostil cada persona de la fotografia ha respondido de una manera peculiar. Ha habido una «dinámica vincular» que nos habla de ellos y de la relación entre ellos.

¿Qué nos llama más la atención en esta fotografía? Seguramente el contraste entre la serenidad y protección de la madre al hijo (contiene y abraza al niño, cerrando un círculo contenedor, a la vez que se vincula con una mirada de petición de ayuda hacia el que está haciendo la foto que es su marido). En el otro grupo hay confusión. Todos convergen hacia la niña, el padre no se sabe si protege o se protege y la mujer no encuentra soporte en el hombre, mientras el pequeño escapa.

LA FOTOGRAFIA EN PSICOTERAPIA (y IV) CASO PRÁCTICO

En este artículo quiero a través de un caso práctico, plasmar los aspectos teóricos que he explicado en anteriores artículos (FICHA 17, FICHA 18 y FICHA 22).

En esta foto titulada «Mi abuelo y yo«, se pueden ver dos formas naturales psicológicas cuya expresividad se centra en el cuerpo. Mas concretamente en las mirada de ambos. El anciano mira directamente al objetivo de la cámara y el niño un poco más arriba (al fotógrafo que en este caso era su padre).

La expresividad también se centra en la convergencia de los cuerpos hacia la línea media de la foto. La mirada y la presión de la mano derecha del niño sobre su abuelo, sugiere que ese contacto corporal está mediatizado por la “sugerencia” del fotógrafo, apreciándose en el niño gran voluntariedad para cumplir con la consigna. Se establece gran complementariedad entre el niño y el fotógrafo, mostrándose entre ambos unos roles bien desarrollados.

El “texto” de la foto queda significado por el “contexto” de la ausencia significativa del fotógrafo. Se trata de una foto bicorporal y tripersonal, puesto que hay dos formas presentes y una ausente que da significado a toda la escena. Entre el niño y el abuelo se establece una relación YO-YO puesto que aunque existe contacto corporal no tienen roles vehiculizantes (ambos están posando para el fotógrafo).

Una vez descrita la sintaxis de la imagen, veamos algunas posibles aplicaciones clínicas:

Se trata de una foto donde aparecen las tres generaciones de descendencia masculina, por lo tanto es una imagen de gran potencialidad de información significativa.

Se hace crucial para el análisis saber quién trae la foto como paciente.

Vamos a imaginarnos algunas posibilidades:

1.- Si el paciente es el fotógrafo hay que estar muy alerta al comentario de la foto. Podría mostrarla con orgullo diciendo algo así como. “traigo esta foto porque me encanta lo bien que se llevaban los dos”.

2.- Si es el niño, hay que ver la “preocupación” que muestra por agradar al padre y por cumplir lo que de él se espera, confirmando si ese tipo de vínculo se ha mantenido durante su vida.

En la foto vemos, que aunque el niño se vincula físicamente con el abuelo, la verdadera vinculación emocional se establece con el padre a través de la mirada que no es a la cámara, sino “un poco más arriba”.

El niño, puede mostrar la foto diciendo: “traigo esta foto porque es muy agradable para mí. En ella se aprecia claramente el amor que sentía por mi abuelo”. Al terapeuta le puede llamar la atención la disociación del niño (formas opuestas), manifestada en su mano derecha que contiene-dirige al abuelo y la mirada al padre. Es una disociación que puede responder a múltiples significados. Significados que el terapeuta tiene que indagar con el paciente: ¿Se trata de un niño sumiso? ¿Es excesivamente responsable?, etc.

Es posible que ese afecto hacia el abuelo sea real, pero no es menos cierto que la foto “habla” de otra manera, puesto que relata que el niño está totalmente vinculado y entregado a la relación complementaria con el padre-fotógrafo. Todo esto puede hablar de un buen vínculo paterno filial, pero también nos puede mostrar una parte de la historia vincular con la figura paterna. En cualquier caso, los señalamientos oportunos por parte del terapeuta, sobre las diferentes posibilidades de lectura de la imagen, le ayudarían al niño-paciente a ratificar, rectificar o enriquecer su visión de la relación que ha tenido o tiene con esas figuras de referencia.

Si el motivo de consulta tuviese que ver con la relación conflictiva con el padre, esta foto permitiría comenzar un rastreo de la historia con sus vicisitudes vinculares (exploración genética del conflicto). Para ello, solicitaríamos una segunda serie fotográfica de fotos con el padre.

En esta fotografía la clave está en el análisis del espacio y más concretamente en la direccionalidad de las miradas. El abuelo mira a la forma social de la cámara y el niño a la forma natural ausente-presente que es su padre y que condiciona y significa toda la fotografía.

LA IMPORTANCIA DE LA NUTRICIÓN EN PSICOTERAPIA

gordosAnte el título de este artículo, la primera pregunta que seguramente os estaréis haciendo más de uno es: ¿Qué demonios hace un psiquiatra hablando de nutrición? Sé que no es muy habitual que un profesional de la psiquiatría, no solo se interese por este tema, sino que además, lo utilice todos los días en su práctica clínica. 
 
Soy un verdadero entusiasta de la prevención en todos los ámbitos de la vida y en ese sentido, tengo que decir, que mientras que la medicina actual es fantástica para todo lo “agudo” (te operan o te trasplantan de cualquier cosa), deja mucho que desear en el terreno de lo “preventivo” (las medicinas naturales nos dan mil vueltas). A mis colegas cirujanos, muchas veces les digo medio en broma, que la cirugía es el fracaso de la medicina, porque cuando uno tiene que pasar por el quirófano, en general es que ya «nos hemos pasado siete pueblos”.

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LA FOTOGRAFÍA EN PSICOTERAPIA (Y III) (FICHA 22)

Como continuación de los artículos anteriores (FICHA 17 y FICHA 18), voy a hablar de las múltiples variaciones que existen, entre lo que “se dice” en la autobiografía y lo que “se ve” en las fotografías. Es posible que un paciente dedique en su biografía, especial interés a una determinada época y luego no haya ningún soporte fotográfico de la misma. También puede haber personas muy “presentes” en la Tira Fotográfica que sin embargo, estén “ausentes” en su biografía.

 
En ocasiones, puede ocurrir que un alto porcentaje de una Tira Fotográfica esté dedicado a su “prehistoria” (antes de nacer) y en otros casos, es posible que no figure ningún registro fotográfico de hechos o personas importante en la vida de cualquiera (padres, hermanos). Me parece muy rico confrontar la imagen mental que nos hacemos de los personajes del Universo de los pacientes, con la imagen objetivada en las fotos: ¿la imagen que nos ha transmitido el paciente de determinada persona, es consonante con lo que estoy viendo?, ¿qué es lo que me sorprende de este personaje? Todo esto nos centra más en la tarea evitando en mayor grado las distorsiones contratransferenciales.
 
El material aportado permite:
 
1.- Correlacionar el motivo de consulta con las fotos y el grupo interno (como conjunto de imágenes ligadas a experiencias vinculares, con personas significativas en los primeros años de la vida que van creando nuestra identidad), con el grupo externo objetivado, preguntándonos hacia que tipo de grupo interno nos lleva su historia fotográfica.
 
Parto de la base que las personas, los lugares y en general todos los contenidos de las imágenes que nos traen los pacientes, tienen que ver con ese grupo interno, existiendo una resonancia empática entre el grupo interno y el grupo externo objetivado en la foto. Esto es lo que permite que el paciente “seleccione una determinada realidad y no otra”. En este sentido el título y los comentarios, actúan como códigos o nexos de unión entre esos dos mundos. Títulos como “mi aburrido padre”, “la casa grande”, “el deseado”, “mi paraíso perdido”, etc.… se comentan por sí solos.
 
2.- Realizar un trabajo de confrontación entre lo que “dice” el paciente y lo que se “ve” en su Tira Fotográfica. Esto permite analizar las “distorsiones” entre la imagen externa objetivada en la foto y su imagen interna. Por ejemplo, nos puede decir que adoraba a su padre y este no aparecer en ninguna de las fotografías que nos trae.
 
3.- Un trabajo complementario de hemisferios cerebrales, porque mientras el estímulo fotográfico incide sobre el hemisferio derecho, la comprensión de la imagen se efectúa gracias a los recursos cognitivos del hemisferio izquierdo.
 
4.- Estudiar la evolución del ciclo vital del paciente (nivel vertical-histórico) y a la vez explorar los vínculos con sus “otros” más significativos (nivel horizontal-prospectivo), mirando el pasado para comprender el presente y proyectar el futuro.
 
5.- Desde la psicología evolutiva apreciar discontinuidades en el ciclo vital fotográfico, visualizando “fracturas” históricas. En una Tira Fotográfica pueden aparecer por ejemplo, épocas sin respaldo fotográfico y otras saturadas de ellos.
 
6.- Una búsqueda de redundancias: Consiste en que una vez situada la Tira Fotográfica, ver si existen fotos aisladas o secuencias fotográficas que permitan captar y analizar situaciones repetitivas, y por lo tanto redundantes del protagonista de las mismas.
 
Una paciente me mostró una foto con su hermana cuando tenían 7 y 5 años respectivamente. Se veía que ella se refugiaba detrás de su hermana, con una expresión de gran pasividad y bloqueo, mientras que la hermana reflejaba gran conexión con el ambiente. En otra foto del día de la boda de la hermana, se veía a la paciente, con los ojos cerrados junto a ella vestida de novia (no olvidemos que fue ella la que seleccionó esas fotos). La paciente seguía “sin querer” comunicarse con el mundo, permaneciendo igual de pasiva y evitativa que hacía 20 años.
 
Desarrollo técnico de la imagen
 
Al material fotográfico de nuestros pacientes debemos tratar de sacarle el máximo partido. Para ello, gracias a diferentes técnicas podemos facilitar la activación y logro de “insights” cognitivos y afectivos. Entre las técnicas utilizadas merecen especial atención las siguientes:
 
1.- Soliloquios: Técnica de movilización que consiste en que el paciente “encarnando” uno o varios personajes de las fotos, exprese en voz alta lo que están “pensando o sintiendo” esos personajes. Tiene que expresarse desde el rol que representa y no desde su posición actual. Esta técnica permite explorar lo que proyecta en el otro (rol inducido) y lo que identifica como propio (rol asumido), junto con los vínculos asociados a ellos.
 
2.- El Relato Fotográfico: Una vez tengamos la Tira Fotográfica, se solicita al paciente que efectúe un relato que incluya todo el material fotográfico aportado, “hilando” las diferentes imágenes. Esta técnica permite que sea el propio paciente quién enfatice “las épocas cargadas” y “matice” los diferentes periodos de su ciclo vital.
 
3.- Dramatizaciones: Consiste en seleccionar una fotografía, que puede ser clave o no, especializarla y plasmarla en una escena que se dramatiza. Este recurso, logra su máxima eficacia si contamos con Yo Auxiliares (en terapias grupales) que permitan recrear la escena total. Si contamos con ellos, se puede incluir el terapeuta en la dramatización (psicodrama).
 
4.- Petición de Series Complementarias: En diferentes momentos del proceso terapéutico, se puede utilizar como recurso táctico, el pedirle al paciente que traiga una determinada serie fotográfica que permita explorar más profundamente una determinada época o aclarar algún suceso: puede tratarse de temas monográficos (mi familia actual, las mujeres y yo, etc.) o fotos que completen algún tramo del ciclo vital del que no tenemos constancia gráfica (abuelos, boda, adolescencia, etc.)
 
5.- El reportaje fotográfico: Hay ocasiones en que la dinámica psicoterapéutica se estanca o se vuelve reiterativa, lográndose solo “insights cognitivos” (el paciente sabe, pero no siente) que lo único que hacen es fortalecer sus defensas, enlenteciendo el proceso de la cura. La técnica consiste en solicitar al paciente que efectúe un reportaje fotográfico actual sobre algún área o tema conflictivo que queramos movilizar.
 
En una ocasión estaba tratando a una adolescente de 16 años con unas relaciones familiares muy conflictivas. A esto había que añadirle que hacia poco tiempo que se habían trasladado a vivir a una nueva ciudad con el consiguiente desarraigo. La terapia se estaba desarrollando muy lentamente y apenas mostraba interés por nada. Le sugerí como tema y título del reportaje “mi familia”. Se mostró entre sorprendida e ilusionada. Al día siguiente trajo una serie de 6 fotos muy significativas por las “ausencias” de personas, siendo el protagonista de todas ellas su perro (del que yo no tenía noticia de su existencia), en quien tenia desplazado y proyectado todo su afecto. A partir de ahí, se le hizo evidente su problemática familiar, comenzando a dinamizarse el proceso terapéutico.
 
6.- Foto invisible: En esencia consiste en pedirle al paciente que realice un ejercicio de imaginación, solicitándole que imagine una foto que no tiene pero le gustaría tener. Esta técnica, permite explorar los deseos, las proyecciones y depositaciones del paciente. En ocasiones, actúan como verdaderas fotos encubridoras o claves. Continuará …

Protegido: LAS TERRIBLES SIMPLIFICACIONES FALSIFICAN LA REALIDAD

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