Ante el título de este artículo, la primera pregunta que seguramente os estaréis haciendo más de uno es: ¿Qué demonios hace un psiquiatra hablando de nutrición? Sé que no es muy habitual que un profesional de la psiquiatría, no solo se interese por este tema, sino que además, lo utilice todos los días en su práctica clínica.
Soy un verdadero entusiasta de la prevención en todos los ámbitos de la vida y en ese sentido, tengo que decir, que mientras que la medicina actual es fantástica para todo lo “agudo” (te operan o te trasplantan de cualquier cosa), deja mucho que desear en el terreno de lo “preventivo” (las medicinas naturales nos dan mil vueltas). A mis colegas cirujanos, muchas veces les digo medio en broma, que la cirugía es el fracaso de la medicina, porque cuando uno tiene que pasar por el quirófano, en general es que ya «nos hemos pasado siete pueblos”.
Como explico en mi Blog, me dedico a la técnica de la Psicoterapia Breve Integral Planificada. Si os fijáis en la tercera palabra, pone “integral” que quiere decir que estudio al individuo desde la triple dimensión biológica, psicológica y social. Como ante todo soy médico, nunca me olvido del cuerpo, porque sé que es imprescindible aliarse con él para combatir la enfermedad. Conozco cantidad de pacientes que se preocupan mucho más del coche que de su cuerpo.
Lo que me permite abordar la dimensión física de mis pacientes, basandome en la nutrición, es mi formación en medicina ortomolecular. No olvidemos que el cuerpo y la mente trabajan en equipo, para mantener el equilibrio de la persona en su totalidad (homeostasis). Estoy convencido que en medicina todo es psicosomático y el resto, es veterinaria.
Para mí, el cuidado del cuerpo se fundamenta en dos pilares básicos que son: el estilo de vida y la nutrición. El estilo de vida se basa en dormir lo suficiente (cosa que los españoles no hacemos), hacer ejercicio moderado y suprimir los tóxicos (de manera especial, el alcohol y el tabaco). En cuanto a la nutrición, vamos a diferenciarla en adecuada y en ese caso, la llamaremos alimentación a secas y nutrición óptima, que es la que se consigue con la suplementación a base de multinutrientes, antioxidantes, ácidos grasos esenciales y probióticos. Como veis, ese antiguo dicho popular que dice que “la salud está en el plato y en la suela del zapato” es una gran verdad.
Cuando un paciente llega a mi consulta, para poder planificar su tratamiento se le efectúa una doble exploración. Desde el punto de vista psicológico, se le estudia con un psicodiagnóstico y desde el punto de vista orgánico, se le prescribe un análisis de aminoácidos libres en plasma. En nuestro organismo existen una serie de aminoácidos que se llaman esenciales, porque no los podemos sintetizar, y solo se pueden adquirir a través de la alimentación. Son como “ladrillos” con los que se fabrican hormonas, proteínas, neurotransmisores y un sinfín de sustancias indispensables para la vida.
Si por ejemplo, a un paciente se le detecta un déficit de un aminoácido esencial llamado triptófano, al ser este fundamental para la síntesis de la melatonina (hormona que induce el sueño) y de la serotonina que es un antidepresivo natural, el paciente padecerá una depresión por falta de triptófano (depresión triptofénica). En ese caso, en vez de recetarle un antidepresivo (fármaco sintético), le prescribo un suplemento nutricional de triptófano, para que sea el propio organismo quien “fabrique” el antidepresivo que necesita.
Estoy absolutamente convencido, que todas las personas somos portadoras de una “farmacia interior” y por lo tanto, nuestro organismo tiene la capacidad de hacer frente a los múltiples ataques que sufre a diario. Por eso, hago mucho hincapié en que el médico debe ser un “facilitador” de esas potencialidades y de ahí la importancia que le doy a poseer una buena “caja de herramientas”.
Volviendo al tema original de este artículo, sabemos que en las últimas décadas, la alimentación se ha degradado considerablemente, disminuyendo de manera alarmante y paulatina, la cantidad y calidad de multinutrientes. Todo ello se ha debido a varios factores, siendo los máximos responsables; la industrialización, el empobrecimiento del suelo y los hábitos de la comida basura. Todas estas carencias, hacen que nuestro organismo se resienta, y como consecuencia disminuya la respuesta inmunitaria, aumente la inflamación y proliferen las enfermedades cardiovasculares y degenerativas.
Los máximos responsables de la mala alimentación son la industrialización, el empobrecimiento del suelo y los hábitos de la comida basura
En los países industrializados, la proporción de obesos se está disparando en progresión geométrica, siendo la principal consecuencia, la aparición de la diabetes tipo 2. Tanto la obesidad como la diabetes tipo 2, son hoy en día enfermedades epidémicas en Estados Unidos.
La historia de este desastre nutricional es la siguiente:
· En la era de Nixon (1969-1974) se creo un programa de sobreproducción de alimentos para que las exportaciones favorecieran al dólar que estaba muy depreciado por la primera crisis del petróleo (década de los 70)
· Para aumentar esa producción, se requerían grandes cantidades de herbicidas y fertilizantes, con lo cual los agricultores pasaron a depender de las industrias químicas
· Solo las cosechas que producían la mayor cantidad de calorías por hectárea, se podían beneficiar del programa del gobierno. Por lo tanto, las frutas y verduras quedaron excluidas mientras que la producción de maíz y soja se disparó (su cultivo es especialmente adecuado para las técnicas de la agricultura industrial)
· La industria de los alimentos procesados fue en aumento y como consecuencia se encontraron nuevas utilidades para el maíz y la soja
· Como con el maíz y la soja se podían producir piensos baratos para el ganado, se logró abaratar el coste de la carne de buey, cerdo y pollo, convirtiendo a todos estos animales en productos industriales. Se transformó el maíz y la soja barata en carne barata para comida barata, con las consecuencias más arriba enumeradas
· Mientras que las ayudas para la producción de maíz y soja en el año 2007 ascendieron a 20.000 millones de dólares anuales, para las frutas y verduras la cantidad fue prácticamente inexistente
· Todo ello, ha desembocado en la producción de hidratos de carbono refinados baratos y aceites vegetales baratos, lo que unido a la disminución progresiva del consumo de aceite de pescado, ha causado que la población mundial esté cada vez más expuesta a las enfermedades crónicas (alergias, asma, cáncer, Alzheimer, depresión, TDAH, enfermedades inflamatorias, etc.)
Como conclusión de todo lo anterior, sabemos que Estados Unidos se ha convertido en el fabricante más barato de materia prima alimenticia, que se utiliza en la fabricación de los alimentos procesados de todo el mundo.
Creo que los gobiernos junto con las multinacionales agroalimentarias, las multinacionales farmacéuticas y la “ciencia oficial”, no son para nada inocentes de toda esta catástrofe.
Para terminar de “amargaros” el día y para los que queráis profundizar en el tema, os dejo una breve reseña de tres libros, que estoy seguro que os “abrirán los ojos” frente a esta inmoralidad.
El primero de ellos es el libro titulado El mundo según Monsanto (Península) de la periodista francesa Marie-Monique Robin (podéis leer una entrevista que se le efectúo en el País). Esta empresa controla actualmente más del 90% del mercado de las semillas transgénicas y un importante volumen de la producción mundial de alimentos. Casi nada.
El segundo libro se llama La salud que viene (Península) de Miguel Jara. Es otro periodista especializado en la investigación de temas de salud y ecología. Nos habla de patologías que antes no existían y del impacto tóxico sobre el ser humano.
Finalmente, para que la industria farmacéutica no se vaya de rositas, os recomiendo el libro titulado Medicamentos que nos enferman (Contrapunto) de Ray Moynihan y Alan Cassels. Los autores, se centran básicamente en explicarnos como estas multinacionales logran transformar en enfermedades, lo que son estados normales de la vida (timidez, menopausia, cambios de humor, etc.) y así vender más fármacos.
Os dejo para el fin de semana, este espléndido documental llamado Food. Inc (ganador del Oscar 2010), que es el culpable de todo lo que acabo de escribir. Su director es Rober Kenner y en él, se muestra a las claras, lo que es la industria alimentaria en los Estados Unidos y el poder que tiene. También nos informa sobre la política de consumo de dicho país.
Dura 1 hora y 30 minutos (subtitulado) y no tiene desperdicio.
https://youtu.be/gR1WyiLaDOU
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31 octubre, 2010 at 10:22 pm
He visto reportajes de lo que hace la muntinacional fabricante de semillas llamada Montsanto con los transgénicos y es tan increible.<br />Mutar semillas de cereales para hacerlas resistentes a las plagas, sin preveer las consecuencias que a la larga puede tener para la salud de las personas este producto modificado genéticamente además con sus pesticidas.<br />Pero lo más increible todavia es
1 noviembre, 2010 at 10:59 am
Así es anónimo. Si quieres profundizar te recomiendo que leas el libro "el mundo según Monsanto" y la entrevista a su autora. Gracias por el comentario. Saludos