Como ya expliqué en el problema del diagnóstico en salud mental, hoy os voy a hablar de uno de los desequilibrios bioquímicos, que con mayor frecuencia, suelen provocar síntomas de enfermedad mental. Se trata de la deficiencia de vitaminas del Complejo B, y más específicamente, el déficit en B3, B6, B12 y ácido fólico (B9).
Estas cuatro vitaminas del complejo B, son las mejores amigas de nuestro cerebro y sin su ayuda los neurotransmisores no funcionan bien, en especial la dopamina, la adrenalina, la noradrenalina y la serotonina. Sin la cantidad suficiente de ellas, el cerebro puede empezar a producir una serie de sustancias químicas que nos pueden volver literalmente locos.
El cerebro, mantiene todo en equilibrio gracias a la “metilación”, y son estas vitaminas las que controlan este proceso tan importante. También intervienen frenando la producción de homocisteína, que provoca inflamaciones en el cuerpo y en el cerebro, señalándose como una de las causas probables de los problemas en salud mental.
No todas las personas necesitamos las mismas cantidades de vitaminas B, por lo que es mucho mejor en la práctica guiarse por los síntomas que por los análisis de sangre.
Los síntomas más comunes de deficiencia en estas vitaminas son:
- Sensación de “irrealidad”
- Escuchar los propios pensamientos
- Ansiedad y tensión interior
- Incapacidad de pensar de manera continua
- Sospechar de la gente
- Buena tolerancia al dolor
- Ver o escuchar cosas anormales
- Diarrea o problemas cutáneos al comienzo de los problemas de salud mental
- Dificultad de llegar al orgasmo con el sexo
- Tendencia al sobrepeso
- Cambios frecuentes de humor
Según el Dr. Horford, si tienes cinco o más de estos síntomas, puede que merezca la pena que aumentes la ingesta de estas vitaminas durante dos meses y/o acudas a un especialista que pueda ayudarte.
Sabemos que la vitamina B3 (niacina) junto a la B12 y al ácido fólico (B9) ayudan a aumentar los niveles anormalmente bajos de histamina, que es un desequilibrio asociado a las alucinaciones.
La vitamina B3 ayuda a eliminar el cobre y otros productos tóxicos del cerebro que aparecen asociados a la enfermedad mental. Mejora el suministro de oxígeno al cerebro y facilita el aprovechamiento de los ácidos grasos esenciales. Entre sus bondades también se encuentra la de ser responsable de que la síntesis de serotonina (neurotransmisor de la felicidad) se lleve a cabo.
Como veis, esta vitamina es fundamental para el buen funcionamiento de nuestro cerebro y la cantidad necesaria varia entre 1 y 6 gramos al día.
Uno de sus efectos secundarios, inofensivos pero molestos es que puede producir rubor, acompañado del aumento de la temperatura cutánea y un ligero picor (por mejora del flujo sanguíneo). Si aparece esta sensación, suele durar 30 minutos y luego desaparecen. Algunos fabricantes le añaden inositol a la B3, con lo cual el rubor desaparece.
Conviene no olvidar que cuando hablamos del Complejo B, nos referimos a las 17 vitaminas B que lo componen. Todas son necesarias para nuestro equilibrio, puesto que se comportan como un equipo, por eso suelo recomendar que junto con las anteriores se tome un buen Complejo B (a mi el que más me gusta, es el de los laboratorios Douglas).
7 febrero, 2012 at 5:22 pm
Pregunta del millon: porque en medicina general, o especialistas (excluyendo psiquiatría o neuropsiquiatría) cuando manifiestas tu situación, ni se planteen o te planteen tal posibilidad?? Aun espero encontrar alguno. Ilusa…
8 febrero, 2012 at 6:15 pm
Bajo mi punto de vista Carmen, la medicina cada vez está más superespecializada, de manera que los que nos dedicamos a esto, sabemos mucho de poco (nuestra especialidad), en vez de algo de mucho, lo que nos permitiría tener una visión más global y centrada en la salud y no en la enfermedad. No te desanimes porque hay magníficos médicos, solo es cuestión de encontrarlos. No te desanimes