Blog del Doctor Cabau

Terapia Integral Planificada

CENTRO DE PSIQUIATRÍA DINÁMICA
(CPD)
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Autor: Eduardo Cabau (page 5 of 9)

INFELICIDAD: La única enfermedad

El motivo de este post es el de informaros que el jueves, 29 de noviembre a las 6 de la tarde, en la Fundación San Patricio que está situada en la c/ Serrano 200 (se entra por la calle Sil 25), de Madrid, daré una conferencia con el títuloinfelicidad: la única enfermedad. La entrada es libre.
Hablaré de cómo, cuando y porque he llegado a la conclusión de que la infelicidad sintetiza muy bien el malestar generalizado de esta época.

Existe un nada despreciable porcentaje de personas, que sin estar clínicamente deprimidas, «languidecen» en una vida vacía o citando a Thoreau, «viven una vida de serena desesperación». 

Durante la 2ª mitad del siglo XX, la psicología y la psiquiatría han estado obsesionadas con la enfermedad, los trastornos y los aspectos negativos de la vida. Es decir, han estado centradas en ayudar a las personas a curar sus puntos débiles y su patología. 

   Como se dice ahora en tantos libros de Management y autoayuda, la psicología se ha pasado más de medio siglo, centrándose en las debilidades del ser humano, mientras se ha olvidado por completo de sus fortalezas.
Ha sido en la última década, cuando ha irrumpido con fuerza la llamada psicología positiva; que estudia las condiciones que favorecen el desarrollo de las personas, las organizaciones y las comunidades (centrándose es fomentar la salud y las fortalezas). En realidad es la ciencia de la felicidad y el bienestar. Es la psicología de lo que hace que la vida merezca la pena de ser vivida.
Gracias a que las mal llamadas medicinas alternativas han entrado por fin en las Universidades, se ha empezado a prestar atención a muchas técnicas milenarias de sanación, que actúan directamente sobre el cerebro emocional, y sobre las cuales os daré algunas pinceladas (el tiempo no da para todo).

Os hablaré también de «la solución al 40 por ciento«. Según los estudios de Sonja Lyubomirsky, Ken Sheldon y David Schkade, profesores de la Universidad de California en Riverside; el 50% de nuestra felicidad viene determinada genéticamente, solo el 10% depende de las circunstancias externas a nosotros y el restante 40% varia con nuestro comportamiento. Ese 40 % es el margen de maniobra del que disponemos para aumentar o disminuir nuestro nivel de felicidad, a través de lo que PENSAMOS y HACEMOS en nuestra vida cotidiana. Siempre tranquiliza pensar que tenemos la opción de maximizar ese 40 por ciento.

Os dejo este breve trailer-presentación sobre la conferencia.







 

DINERO Y AMISTAD … AGUA Y ACEITE

Hay un concepto muy sencillo, que si no se entiende y maneja bien, puede y suele traer muchos problemas en la vida cotidiana.
 
Entre las divisiones que los sociólogos han aplicado para los humanos, resulta especialmente interesante, la que utilizan para diferenciar los grupos primarios de los secundarios.
 
Convencionalmente, se suele admitir que la definición formal de grupo primario se establece en 1909, fecha en la que Charles Horton Cooley publica Social Organization. A Study of the Larger Mind.
 
Cooley los define como “grupos establecidos sobre la base de estrechas relaciones cara a cara entre sus miembros, interviniendo decisivamente en la formación de la naturaleza social de las personas. El carácter primario de dichos grupos se debería al hecho de que son los primeros, desde un punto de vista cronológico, con los que el individuo se relaciona desde el momento de su nacimiento (familia, grupo de juegos); y son también los primeros, desde un punto de vista cualitativo, a la hora de moldear el yo social de la persona, proporcionándole los motivos, normas y valores que guían su conducta y estructuran su autoimagen”.
 
Para entender y poder llevar a la práctica el concepto de grupo primario, lo que debemos tener muy presente es que lo nuclear de estos grupos, reside en que están basados en los afectos. Por ejemplo: para cualquier madre, aunque su hijo fuese un asesino, nunca llegaría a rechazarle del todo. Le querría por encima de su conducta.
 
Para los sociólogos, el grupo secundario es aquel en el cual las personas que lo conforman, mantienen relaciones formales (no estrechas) y las razones que los aglutinan, suelen ser de trabajo o de alguna índole no personal o amistosa.
 
En otras palabras: los grupos secundarios están centrados en intereses. Se mueven en función del “algo por algo”.
 
Por ejemplo: Si trabajamos para alguien, lo que hay que esperar es que ese alguien nos pague lo suficiente por lo que trabajamos, y la otra persona debe esperar de nosotros, que trabajemos lo suficiente por lo que nos paga. No es importante que nos quiera. Podemos llevarnos muy bien con nuestros jefes o empleados, pero hay que tener muy claro que no son nuestra familia.
 
En cualquier psicoterapia, siempre está presente cierta confusión, y este punto de saber distinguir en la práctica un grupo primario de uno secundario, es fundamental para atacar la confusión relacional que muchos pacientes padecen.
 
Cuantas veces hemos oído a alguien quejarse, porque después de llevar veinte años trabajando para una empresa, les han echado. ¡Con lo que yo he hecho por la empresa! – suelen decir- a la vez que nos cuentan la cantidad de sacrificios realizados. A ese comentario, acostumbro a responder con un frío y lacónico: ¡pues no haberlo hecho!
 
¿Qué ha podido ocurrir en la mente de estas personas? Pues sencillamente que se comportaron con la empresa, como si esta fuese su familia (grupo primario), sin importarles los esfuerzos realizados porque todo lo basaban en los afectos. Sin embargo, para su empresa, que como todas se movió por intereses (grupo secundario); cuando dejaron de interesarle sus servicios, simplemente prescindieron de él con el consiguiente disgusto y decepción.
 
Seguramente todos conocemos a personas, que son verdaderos expertos en “convertir” los grupos secundarios en grupos primarios. Van “adoptando” y “familiarizando” a personas e instituciones, sin darse cuenta de las diferencias que acabo de explicar. El resultado final, siempre suele ser el mismo: confusión, decepción y resentimiento, que puede dejarles profundas huellas físicas y/o psíquicas.
 
También se puede dar el caso contrario. Personas que tratan a su familia basándose solamente en los intereses, dejando de lado la parte afectiva. El resultado final suele ser el mismo que acabo de describir.
 
Quizá el paradigma más demoledor de todo lo que he dicho, se encuentra en aquellas personas que siendo de la misma familia comparten negocios. Los que dirigen, tienen que ser personas muy equilibradas, que sepan argumentar sin imponer, y que los límites estén claramente trazados. En caso contrarío, el resentimiento irá creciendo hasta que acabe por explotar en algún miembro de la familia, con el consiguiente efecto dominó.
 
Como dice Michael Corleone en la película El Padrino: “Dinero y amistad … agua y aceite

¿CUÁL ES TU PROBLEMA (III)? DEFICIENCIA EN VITAMINAS B3/B6/B12 Y ACIDO FOLICO

Como ya expliqué en el problema del diagnóstico en salud mental, hoy os voy a hablar de uno de los desequilibrios bioquímicos, que con mayor frecuencia, suelen provocar síntomas de enfermedad mental. Se trata de la deficiencia de vitaminas del Complejo B, y más específicamente, el déficit en B3, B6, B12 y ácido fólico (B9).
 
Estas cuatro vitaminas del complejo B, son las mejores amigas de nuestro cerebro y sin su ayuda los neurotransmisores no funcionan bien, en especial la dopamina, la adrenalina, la noradrenalina y la serotonina. Sin la cantidad suficiente de ellas, el cerebro puede empezar a producir una serie de sustancias químicas que nos pueden volver literalmente locos.
 
El cerebro, mantiene todo en equilibrio gracias a la “metilación”, y son estas vitaminas las que controlan este proceso tan importante. También intervienen frenando la producción de homocisteína, que provoca inflamaciones en el cuerpo y en el cerebro, señalándose como una de las causas probables de los problemas en salud mental.
 
No todas las personas necesitamos las mismas cantidades de vitaminas B, por lo que es mucho mejor en la práctica guiarse por los síntomas que por los análisis de sangre.
 
Los síntomas más comunes de deficiencia en estas vitaminas son:
 
 
  •                  Sensación de “irrealidad”
  •                  Escuchar los propios pensamientos
  •                  Ansiedad y tensión interior
  •                  Incapacidad de pensar de manera continua
  •                  Sospechar de la gente
  •                  Buena tolerancia al dolor
  •                  Ver o escuchar cosas anormales
  •                  Diarrea o problemas cutáneos al comienzo de los problemas de salud mental
  •                  Dificultad de llegar al orgasmo con el sexo
  •                  Tendencia al sobrepeso
  •                  Cambios frecuentes de humor
Según el Dr. Horford, si tienes cinco o más de estos síntomas, puede que merezca la pena que aumentes la ingesta de estas vitaminas durante dos meses y/o acudas a un especialista que pueda ayudarte.
 
Sabemos que la vitamina B3 (niacina) junto a la B12 y al ácido fólico (B9) ayudan a aumentar los niveles anormalmente bajos de histamina, que es un  desequilibrio asociado a las alucinaciones.
 
La vitamina B3 ayuda a eliminar el cobre y otros productos tóxicos del cerebro que aparecen asociados a la enfermedad mental. Mejora el suministro de oxígeno al cerebro y facilita el aprovechamiento de los ácidos grasos esenciales. Entre sus bondades también se encuentra la de ser responsable de que la síntesis de serotonina (neurotransmisor de la felicidad) se lleve a cabo.
 
Como veis, esta vitamina es fundamental para el buen funcionamiento de nuestro cerebro y la cantidad necesaria varia entre 1 y 6 gramos al día.
 
Uno de sus efectos secundarios, inofensivos pero molestos es que puede producir rubor, acompañado del aumento de la temperatura cutánea y un ligero picor (por mejora del flujo sanguíneo). Si aparece esta sensación, suele durar 30 minutos y luego desaparecen. Algunos fabricantes le añaden inositol a la B3, con lo cual el rubor desaparece.
 
Conviene no olvidar que cuando hablamos del Complejo B, nos referimos a las 17 vitaminas B que lo componen. Todas son necesarias para nuestro equilibrio, puesto que se comportan como un equipo, por eso suelo recomendar que junto con las anteriores se tome un buen Complejo B (a mi el que más me gusta, es el de los laboratorios Douglas).

«EN TERAPIA»

Hace poco tiempo descubrí una serie americana producida por la HBO ( Home Box Office, uno de los canales de televisión por cable y satélite más populares de Estados Unidos). Se llama In Treatmen (En Terapia). En nuestro país se estrenó en 2008 y ya van por la tercera temporada.
 
La serie, está realizada por el cineasta colombiano Rodrigo García (hijo de García Márquez), que además de ser hijo de tan ilustre padre, tiene en su haber la magnifica y sensible película nueve vidas (2005).
 
En terapia, es un remake de la serie israelita llamada «Be´ Tipul», creada por Hagai Levi, Ori Sivan y Nic Bergman. Lo novedoso de esta serie americana, es que se presenta en un formato de media hora de duración por episodio.
 
El hilo conductor de la serie, es Paul Weston, un psiquiatra cincuentón encarnado por el actor Gabriel Byrne. Cada episodio se centra en una sesión semanal (de lunes a viernes) con un paciente en particular. En la primera temporada (43 episodios), podemos ver los lunes a Laura; una joven doctora que logrará desestabilizar afectivamente al terapeuta. Los martes asistiremos a la sesión con Alex; un orgulloso piloto de guerra, con conflictos paternos y de identidad sexual. Los miércoles verá a Sophie; una adolescente con pulsiones suicidas y profundos conflictos familiares y finalmente los jueves; asistiremos a la terapia de pareja de Jake y Amy, atrapados en una relación autodestructiva.  
 
Debido a vicisitudes personales y profesionales, Paul le pide a Gina, una colega ya retirada a la que da vida la brillante Diane Wiest (Hanna y sus hermanas), que acceda a tratarle. De manera, que todos los viernes acudiremos a sus siempre interesantes sesiones de terapia. 
 
Por su formato, he llegando en ocasiones a imaginarme, que estaba asistiendo a una obra de teatro basada en la intimidad de unos diálogos potentes y creíbles. El ambiente que respira la serie, es intimo y acogedor, aunque algo claustrofóbico (apenas hay tomas de exteriores). Semejante despliegue emocional, plagado de miradas, silencios y diálogos, todo ello arropado por una escenografía acogedora y austera a la vez, exige de actores con grandes recursos técnicos y escénicos que hagan creíble lo que estamos viendo. Tan es así, que entre la serie y sus actores, se han repartido un Globo de Oro y 5 Emmys.
 
Como profesional, me es muy grato comprobar que en terapia, se plasma de una manera seria y respetuosa nuestro quehacer diario, alejándose de los gastados tópicos del diván perpetuo y el terapeuta somnolientamente mudo y ausente.
 
Hasta ahora, las representaciones de nuestro trabajo terapéutico en el cine, no pasaban de ser puras parodias, donde el psicólogo o psiquiatra era el personaje más excéntrico o loco de todos.
 
Recuerdo pocas películas donde se viera bien reflejada nuestra tarea. Sin pararme mucho en ello y para los que sintáis curiosidad, me vienen a la memoria gente corriente (1980) y el indomable Will Hunting (1997), como ejemplos dignos de mención.
 
Lo que a mis ojos le da valor a la serie, es lo que para otras miradas seria su peor defecto: la “perfección”, en el sentido de que son sesiones ideales.
 
Me explico: Los diálogos son impecables y certeros, lo que el terapeuta dice o hace es oportuno. Nunca duda, y si eso ocurre, sabe salir airoso. Tiene las preguntas y respuestas adecuadas. Recuerda todo lo significativo de la vida de sus pacientes, a pesar de no tomar ninguna nota. Hasta los silencios son medidos y significativos. Nunca se pierde en sus propios laberintos, y todo tiene una lógica que conduce al desenlace final.
 
Francamente, no me vendría nada mal, que los guionistas de la serie me echasen una mano en más de una sesión. Bromas aparte, precisamente es ese puzzle perfecto e ideal, el que nos muestra sus enormes posibilidades de aprendizaje.
 
Naturalmente que todo debe ser así en la ficción, porque sino el espectador se perdería y aburriría en la complejidad de una psicoterapia actual. Creo que la serie, logra dar una imagen realista de lo que ocurre en un espacio psicoterapéutico y eso es de agradecer.
 
Lo central, es que nos muestra la imagen de un profesional comprometido con su trabajo y centrado en los conflictos intrapsíquicos de sus pacientes, relacionando sus situaciones presentes con su pasado, sin perder la ocasión de esclarecer lo que viven y proyectan en él. Muestra muy bien el objetivo ultimo de la psicoterapia: ayudar al paciente, en el seno de un “espacio propio y seguro”, a reflexionar e integrar sus vivencias, en un todo con sentido que le permita seguir viviendo.
 
Creo que con lo dicho hasta aquí, queda claro que en terapia, me parece un producto televisivo más que interesante, y al que pienso “extraerle” todas las posibilidades de aprendizaje y enseñanza del que sea capaz. Para ello, “diseccionaré” algunos pasajes de episodios, que me permitan apoyar aquello de lo que esté hablando.
 
Como dato anecdótico para los que tenéis experiencia en psicoterapia, supongo que habéis observado que el Dr. Weston nunca saluda a sus pacientes y el contacto físico está prácticamente ausente (incluida su vieja amiga Gina). A mi juicio, eso se debe básicamente a un sesgo cultural anglosajón, que no le permite manejar bien esas distancias.
 

Os dejo con el primer episodio de la serie, que espero os resulte lo suficientemente interesante como para “engancharos” a ella. Si eso ocurre, podéis ver la serie online completa pinchando aquí.

                                            Primer episodio: Laura

 

¿CUAL ES TU PROBLEMA? (II) ALERGIA ALIMENTARIA

Sin querer ser catastrofista, sino con el ánimo de avisar y prevenir, quiero llamar la atención sobre el hecho de que estamos rodeados de un entorno tremendamente hostil, que nosotros solitos hemos generado.
 
Desde el prisma de la alimentación, simplemente unas pinceladas:
 
•                    Cada vez son más numerosos los aditivos – conservantes, edulcorantes, espesantes, acidulantes, pesticidas, saborizantes, emulsionantes, colorantes y elementos químicos diversos- que se añaden a los alimentos que ingerimos a diario
 
•                    Los niveles de contaminación medio ambiental crecen en progresión geométrica ( por tierra, mar y aire)
 
•                    El empobrecimiento de nuestro suelo agrícola y la deficiente alimentación animal, tiene una clara incidencia en todos nosotros
 
Por todas estas causas, sufrimos un impacto tóxico brutal, que hace que vayan emergiendo nuevas patologías que hasta hace poco eran impensables. Para los que estéis interesados en estos temas, os recomiendo el libro del periodista de investigación Miguel Jara, la salud que viene.
 
Ante semejante panorama, una vez más, el organismo nos demuestra su sabiduría ancestral al generar un mecanismo de defensa, que si sabemos «leerlo» bien, nos pondrá sobre la pista de que algo anda mal. Los primeros avisos, se suelen presentar en forma de intolerancias alimentarias. No todo el mundo es consciente de ellas, y por lo tanto ignoran que son las causantes de variadas dolencias: problemas gastrointestinales, dolores de cabeza, hinchazones, alteraciones respiratorias, problemas en la piel, etc.
 
Así pues, las reacciones a los alimentos «contaminados», pueden manifestarse de múltiples maneras, llegando incluso a desarrollar verdaderas alergias.
 
No somos lo que comemos, sino lo que asimilamos. Se han realizado numerosos estudios que confirman que las alergias a determinados alimentos o sustancias químicas, pueden afectar a cualquier sistema corporal, incluido el sistema nervioso central.
 
En el plano mental, las alergias pueden causar síntomas entre los que se incluyen: irritabilidad, confusión, depresión, fatiga, pensamiento lento, dolores de cabeza, trastornos de aprendizaje, ansiedad, etc.
 
Se estima que 2 de cada 10 personas padecen algún tipo de alergia, y en muchos de estos casos lo desconocen. Hay un famoso y convincente estudio a doble ciego, controlado mediante placebo que realizó el doctor Joseph Egger y su equipo con 76 niños hiperactivos, con el fin de averiguar si la dieta contribuía a los trastornos de comportamiento que sufrían. Se demostró, que el 80% de los niños reaccionaron negativamente a los colorantes y conservantes de los alimentos (básicamente a la tetrazina y al ácido benzoico) alterándoles su conducta.
 
Este estudio se probó sobre 48 alimentos diferentes con los siguientes resultados:
 
•                El 64 % era alérgico a la leche de vaca
•                El 59 % al chocolate
•                El 49 % al trigo
•                El 39 % a los huevos
•                Y el 16 % al azúcar
 
Después del cambio en sus dietas, no solo mejoró el comportamiento, sino que la mayoría de los síntomas asociados (dolores de cabeza, ulceras en la boca, rinitis crónica, etc.) también lo hicieron.
 
Cuando escribí sobre los neurotransmisores ya expliqué como gracias a ellos, las células del cerebro se «comunican» entre sí, pero no son las únicas con capacidad de comunicarse de esa manera. El mundo científico ha descubierto que existen numerosas «conversaciones» entre cerebro, sistema nervioso, sistema inmunológico y sistema endocrino. Esto es tan así, que ha surgido una nueva especialidad médica llamada Psico-neuro-inmuno-endocrinología.
 
Con estos nuevos conocimientos se ha confirmado lo que ya sabían los antiguos: que las fronteras entre la mente y el cuerpo son extremadamente borrosas. Una de las «conversaciones» mejor estudiadas es la que establece el cerebro con el intestino a través de las hormonas y los neurotransmisores (conviene recordar que nuestros antepasados médicos hablaban del intestino como del «segundo cerebro»). Con todos estos conocimientos queda muy clara la relación entre alimentos y salud mental.
 
La mayoría de las alergias a los alimentos, se desarrollan como una reacción frente a una determinada proteína del alimento en cuestión. A la cabeza de las alergias alimentarias, se encuentra el trigo, probablemente debido a la gliadina que es uno de los componentes de su proteína básica llamada gluten. La gliadina irrita el intestino, llegando a destruir sus vellosidades y afectando a la digestión.
 
El consumo de demasiados productos fabricados con trigo, no es bueno para nadie. No hay que olvidar que el trigo está manipulado genéticamente y en ese sentido es mucho mejor consumir espelta (trigo no manipulado genéticamente). Por otra parte, está demostrada la conexión entre la alergia al trigo, el autismo y la esquizofrenia.
 
Sabemos que la intolerancia al gluten conduce a la enfermedad celiaca, que siendo genética, a veces no se manifiesta hasta edades avanzadas. Se calcula que en España una de cada 270 personas son celiacas, siendo más frecuente entre las mujeres. Los síntomas, pueden variar entre estreñimientos y diarreas, así como dolor e hinchazón del abdomen e incluso vómitos.
 
La avena contiene mucho menos gluten que el trigo, y además es de un tipo diferente, por eso su intolerancia se presenta con menor frecuencia.
 
En definitiva, cada vez son más los expertos en alergología, que opinan que la hipersensibilidad a los alimentos, es un fenómeno multicausal que implica probablemente una mala nutrición, contaminación, problemas digestivos y sobreexposición a determinados alimentos.
 
Te estarás preguntando, qué hacer ante la duda de si determinados alimentos te sientan bien o no. Puedes hacer dos cosas: En primer lugar, evita estrictamente durante dos semanas los alimentos bajo sospecha, y después los vas introduciendo individualmente de una manera controlada, registrando los síntomas.
 
En segundo lugar y más fiable a mi modo de ver, es que te sometas a un Test de Intolerancia Alimentaria. Desde hace ya bastantes años, yo suelo pedirles a mis pacientes que se lo hagan. En él, se testan los 98 alimentos más comunes que solemos ingerir a diario, para descubrir cuales son los que te causan intolerancias.
 
El test consiste en la extracción de un poco de sangre, para obtener de ella previo centrifugado, el suero sanguíneo donde se mide la cantidad de inmunoglobulinas G presentes. Estas, son las que indican el grado de intolerancia que posees frente a cada alimento en cuestión. Es muy interesante, que si por ejemplo tienes intolerancia al trigo, te facilitan la lista de alimentos que llevan trigo oculto (te asombrarías de la cantidad). Finalmente también entregan la lista completa de todos los alimentos permitidos para ti. 
Os dejo una conferencia de Suzanne Powell, que impartió en el primer congreso sobre alimentación consciente, donde habló de la importancia de una alimentación sana y libre de sustancias tóxicas. Espero que os guste. 
 

¿CUAL ES TU PROBLEMA?: HISTADELIA

Como he comentado en un articulo anterior, si tienes algún tipo de problema de salud mental, vale la pena que compruebes si sufres algún desequilibrio bioquímico que pueda explicar esa problemática.
 
Me he encontrado con pacientes obsesivos, otros que padecían depresiones resistentes con pensamientos suicidas, algunos con una gran tensión interna. Todos ellos, a pesar de llevar años medicándose o siguiendo una psicoterapia, no conseguían equilibrar sus vidas. Pude comprobar después de explorarlos en profundidad, que padecían un desequilibrio de la histamina. A veces por exceso (lo más frecuente) y otras por defecto.
 
La histamina es un neurotransmisor al que no se le suele prestar mucha atención. Sin embargo, todos producimos histamina, pero unos más que otros. Hay personas que genéticamente están programadas para producirla en mucha cantidad. Cuando una persona presenta unos niveles elevados de histamina en sangre, se dice que sufre de histadelia.
 
Sabemos que la histamina acelera el metabolismo corporal, produciendo más calor en el organismo. A muchas personas esta característica, les causa rubor facial (se ponen rojos por cualquier cosa), llegando en muchos casos a ser diagnosticados de fóbicos sociales.
 
La vitamina C es un antihistamínico y se cree que cuando nuestros ancestros perdieron la capacidad de producirla (característica que compartimos con otros primates), eso supuso una ventaja en los climas fríos durante las glaciaciones, pero en la actualidad, su carencia hace que la histamina provoque reacciones alérgicas, aumentando la producción de mucosidad y saliva, tendencia a la hiperactividad, conductas compulsivas y depresión. También, si los niveles de histamina son excesivamente altos, pueden conducir a la depresión crónica e incluso al suicidio.
 
Los histadélicos presentan ciertos signos físicos y síntomas muy claros. Como ya he dicho, la histamina estimula la producción de saliva, y ese flujo hace que sus dientes sean perfectos (suelen tener el hábito de quitarse el exceso de saliva que se acumula en la comisura de los labios con los dedos pulgar e índice). Producen mucha mucosidad y son de lágrima fácil. Como consecuencia de su mente hiperactiva suelen gustarles mucho el alcohol y otras drogas, que utilizan como remedio sedativo, a la vez que muestran mucha tolerancia a las mismas. El bebedor compulsivo diario de alcohol, suele ser histadélico.
 
Tienen poco vello corporal (los hombres suelen ser barbilampiños y con poco vello en le pecho). Al tener un metabolismo más rápido, pueden comer mucho sin ganar peso. También tienen los dedos de las manos y de los pies relativamente largos, siendo el segundo dedo del pie más largo que el dedo gordo. También suelen tener un potente impulso sexual y tener orgasmos con facilidad. A menudo padecen de insomnio severo y es muy común un historial de alergias  o cefaleas con gran sensibilidad al dolor.
 
Marilyn Monroe es un ejemplo de persona alta en histamina. Es conocida la frase que solía decirles a los fotógrafos: «no sé porque tomáis siempre fotos de mi cuerpo cuando mi rasgo más perfecto son los dientes que no tienen ni una sola carie«. Marilyn, tenia el segundo dedo del pie más largo, le gustaban las drogas, era muy activa sexualmente y acabo suicidándose. Pero no todo es malo. Muchos grandes escritores, artistas, pensadores y emprendedores, son personas de este tipo. Son apasionados, que trabajan compulsivamente en busca de sus logros.
 
A continuación enumero una síntesis de los síntomas frecuentemente asociados al exceso de histamina, y si tienes cinco o más de estos síntomas es muy probable que seas histadélico:
 
•                Cefaleas y migrañas
•                Salivación y llanto fácil
•                Facilidad de orgasmo
•                Temores anormales
•                Metabolismo rápido
•                Depresión o pensamientos suicidas
•                Mucho calor corporal
•                Poco vello corporal y constitución delgada
•                Orejas grandes y dedos de pies y manos largos
•                Buena tolerancia al alcohol
•                Timidez o hipersensibilidad en la infancia
•                Alergias estacionales
•                Tendencias obsesivas o compulsivas
 
Si sospechas que tienes la histamina alta, debes acudir a un especialista que te haga un análisis de sangre para determinar su cantidad (el aumento de los basófilos en la sangre es un marcador muy fiable). Debes acudir a un especialista para iniciar un tratamiento, donde la nutrición óptima dependerá en cada caso de las cifras de histamina. 
 
De manera orientativa te sugiero que consumas una dieta relativamente pobre en proteínas (las proteínas de la carne contienen aminoácidos que aumentan la histamina) y rica en carbohidratos complejos (frutas y hortalizas). Debes suplementarte con 2 gramos diarios de vitamina C que es un antihistamínico natural. También es aconsejable añadir al menos: 15 mg. de zinc, 5 mg. de manganeso y 50 mg. de B6 diariamente.
 
Si los niveles son muy altos hay que añadir a lo anterior; 1 gramo al día de calcio (para liberar a los tejidos del exceso de histamina y que esta pase a la sangre), junto con 1 gramo diario de metionina (aminoácido que desintoxica y ayuda en la eliminación). Es fundamental evitar las dosis de ácido fólico superiores a 200 mcg hasta que se tenga bajo control la cantidad excesiva de histamina. Este tratamiento suele ir muy bien a pacientes alérgicos que no están deprimidos.

EL PROBLEMA DEL DIAGNÓSTICO EN SALUD MENTAL

En medicina, lo verdaderamente difícil es llegar a un diagnóstico correcto, y en la especialidad de psiquiatría, esto es aún más complicado.
 
Los que seguís el blog, sabéis que yo me dedico a la psicoterapia integral planificada y que la perspectiva médica que defiendo, es la del abordaje integral del paciente es su dimensión biológica, psicológica y social.
 
Hoy quiero reflexionar sobre la faceta biológica en el abordaje de la salud mental. Cada vez es más difícil llegar a un diagnóstico correcto, porque desgraciadamente el diagnóstico sigue basándose en buena medida, en juicios subjetivos del estado de la persona, más que en pruebas objetivas.
 

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MIRANDO AL SOL … SANÉ

El sol es la fuente primordial de vida en nuestro planeta. La luz solar tiene diversas bandas de frecuencia de luz ultravioleta. De los tres tipos de rayos ultravioletas: los rayos A (UVA) son los responsables del bronceado de la piel, los del tipo B (UVB) activan la síntesis de la vitamina D, que es primordial para la absorción del calcio y otros minerales, y finalmente, los C (UVC), casi totalmente absorbidos por la capa de ozono de la Tierra, eliminan bacterias, virus y otros gérmenes patógenos. Continue reading

NEUROMARKETING (FICHA 48)

Sabemos que la tercera revolución de la medicina, después de la cirugía y los antibióticos, es la neurociencia. En la actualidad, se gastan miles de millones de euros en la investigación del funcionamiento cerebral, con el objetivo de conocer y comprender cada vez mejor, la parte no consciente de nuestro cerebro.
Como en todas las investigaciones y desarrollos tecnológicos, los resultados siempre presentan dos caras. La cara positiva y amable, es el avance que significan estos conocimientos, para mejorar la vida de los seres humanos. Pero la cruz, es que todos esos conocimientos, también son susceptibles de ser utilizados por determinados colectivos, para manipular a nuestros semejantes (sino que se lo pregunten a los inventores de la bomba atómica).
Con estas premisas, hoy está abierto un profundo debate ético sobre la utilización de esos conocimientos. No obstante, mientras se debate el tema, y como no podía ser de otra manera, se ha ido creando una poderosa industria “paralela” a toda esa investigación científica.
Entre todos los que se han acercado de una manera más “agresiva” a esos conocimientos, se encuentran los publicistas; que han olido la enorme oportunidad de negocio, que significa conocer los resortes que mueven el comportamiento humano.    
Aquí es donde entra en juego el NEUROMARKETING; entendido como la utilización y mezcla de las nuevas y sofisticadas técnicas de la neurociencia, con las del marketing clásico. Su objetivo, es el de buscar las respuestas sobre lo que pasa en nuestro cerebro, cuando se toman las decisiones frente a algo nuevo (determinados productos o campañas publicitarias).
Simplemente analizando las ondas cerebrales de las personas, y sin necesidad de preguntarles nada; es decir “leyendo directamente su cerebro”, se sabe que emociones y sentimientos les despiertan determinados estímulos o productos. Esta tecnología, debido a la gran recesión económica que padecemos, se ha convertido en prioritaria para los profesionales del marketing. Su utilización, permite que se rentabilicen al máximo las inversiones.
Todos estos conocimientos se emplean en el Branding, que es un anglicismo empleado en mercadotecnia, para hacer referencia al proceso de construir y lanzar una marca.
Los expertos en Branding, son siempre capaces de encontrar algún motivo lo suficientemente potente, como para que el cliente llegue a la conclusión, que si no compra el producto propuesto, es poco menos que estúpido. He observado a muchas personas, que ante determinados productos, exclaman como movidas por un resorte inconsciente: ¡lo quiero!
Lo más relevante del Branding, es que mientras la publicidad atrapa la mente de los consumidores (pero a costa de gastarse mucho dinero), el Branding se apodera de sus corazones, movilizando instintos, sentimientos y emociones.
Por eso los expertos saben, que una marca nunca debe hablar del fabricante, sino de los consumidores. Se trata de lograr conexiones poderosas y profundas entre la marca que nos quieren vender y la historia que nos cuentan. Saben que si la historia nos “engancha”, detrás va la marca, y desde ese momento somos todo suyos.
Como explicaba en la distorsión de la realidad, nunca hay un primer encuentro, todos son encuentros en el inconsciente. Determinada persona me gusta, porque tiene el tono de voz de mi madre y eso me condiciona positivamente hacia ella. Pero si esa misma persona, de pronto hace un gesto con la mano, que mi inconsciente “recuerda” como agresivo para mí, esa persona dejará de gustarme.
Los expertos en neuromarketing, saben que la carga afectiva de una percepción actual, se puede deslizar a una percepción del pasado, modificando y configurando atracciones o rechazos. Los sentidos, son buena prueba de ello: una música, un olor, un sabor, el tacto; son capaces de «trasladarnos» en el tiempo, movilizando afectos y emociones. Para esos profesionales, el reto consiste en encontrar aquellos “resortes” afectivos, que sean capaces de movilizar y ligar, determinadas percepciones (marcas), a los sentimientos y emociones de sus consumidores.
Como ejemplo magistral de todo lo dicho, os presento este pequeño y emocionante corto, llamado los cuatro sentidos. En él, se vincula una historia profundamente humana con una marca comercial. Aunque dura apenas siete minutos, es muy probable que sintáis como la historia os atrapa emocionalmente desde el primer instante. Si eso ocurre, vuestra mente habrá hecho una «conexión» con la marca que hay «detrás»; y sin apenas daros cuenta, vais a empezar a hablar de ella, alentando un «rumor», que permitirá que su conocimiento se expanda cada vez más. Continuará …
 

NUTRICION Y SALUD MENTAL: FOSFOLÍPIDOS

Hoy os voy a hablar de los fosfolípidos, como otro de los elementos esenciales para el buen funcionamiento mental. Los fosfolípidos son las grasas “inteligentes” de nuestro cerebro. Forman parte de todas las membranas de las células, y son los que ayudan a fabricar la mielina que recubre todos los nervios, aislándolos y favoreciendo que los impulsos nerviosos lleguen sin problemas al cerebro.
 
Entre sus funciones a nivel mental, destacan las siguientes:
 
1.- Mejoran el humor
2.- Aumentan la capacidad de aprendizaje y el rendimiento intelectual
3.- Protegen frente a la pérdida de memoria y el Alzheimer
 
Podéis hacer este pequeño test que os muestro a continuación, y si contestáis positivamente a cinco o más preguntas, es muy probable que no estéis consumiendo la cantidad suficiente de fosfolípidos:
 
•      ¿Comes pescado (especialmente sardinas) menos de una vez a la semana?
•      ¿Tomas menos de tres huevos a la semana?
•      ¿Tomas hígado, soja/tofu o nueces menos de tres veces por semana?
•      ¿Tomas menos de 5 gramos de lecitina al día?
•      ¿Estás perdiendo memoria?
•      ¿Estás buscando a veces algo y se te olvida qué es lo que estabas
        buscando?
•      ¿Te resulta difícil hacer cálculos mentales?
•      ¿Tienes a veces dificultad para poder concentrarte?
•      ¿Tienes tendencia a la depresión?
•      ¿Aprendes con lentitud?
 
Si te faltan fosfolípidos, presta especial atención a lo que sigue y corrige tu nutrición. Sabemos que hay dos tipos de fosfolípidos que son fundamentales para nuestra salud mental: la fosfatidilcolina y la fosfatidilserina. En el área de la investigación, se han hecho múltiples experimentos que han demostrado que la suplementación con estos dos fosfolípidos, aumenta las prestaciones cerebrales a nivel cognitivo.
 
Aunque nuestro cuerpo es capaz de fabricar fosfolípidos, es mucho mejor añadir algunos a la dieta. Las fuentes más ricas en estas sustancias, son los huevos y la casquería. Hoy comemos mucho menos de estos dos alimentos que hace unas décadas.
 
Dentro de las “modas dietéticas”, hace años que se le declaró la guerra a los huevos, debido a los temores de que el colesterol era la principal causa de las enfermedades cardíacas. El colesterol es esencial para tener una buena salud, y el cerebro contiene grandes cantidades, además de que es indispensable para la fabricación de hormonas sexuales (estrógeno, progesterona y testosterona).
 
Cada año, se van recortando las cifras que se “deben tener” de colesterol para considerarlo normal, y así de paso, los laboratorios pueden vender mas estatinas. Tener el colesterol “alto” no es una enfermedad, en todo caso es un factor de riesgo, como puede ser el sobrepeso o la tensión arterial alta. Se han hecho múltiples investigaciones, donde se ha concluido que los huevos no elevan el nivel de colesterol en sangre, ni provocan enfermedades del corazón. Un huevo orgánico rico en Omega 3 es un superalimento, en particular si no lo freímos.
 
Por lo que acabo de explicar, no deja de ser curioso, que mientras la ingesta de fosfolípidos ha disminuido, los problemas de falta de memoria y concentración han aumentado. Por algo será, que los animales situados al frente de la cadena trófica como los leones, lo primero que devoran de sus víctimas, son las vísceras y el cerebro.
 
Sabemos que las grasas esenciales son buenas, y que el tipo de grasa que haya en los huevos depende de lo que coman las gallinas. Si estas, se alimentan con semillas de lino o harina de pescado, sus huevos serán muy ricos en Omega 3. Mientras no se frían, los huevos orgánicos, son un gran alimento para el cerebro y la fuente de fosfatidilcolina más rica de la dieta. 
 
La lecitina es una excelente fuente de fosfolípidos, especialmente si se consume en forma de fosfatidilcolina. La mejor manera de tomarla, es añadir una cucharadita colmada de fosfatidilcolina a los cereales del desayuno. Tiene un efecto añadido, que es el de ayudar a digerir las grasas corporales (por lo tanto, no engorda).
 
La acetilcolina, de la que ya hablamos, es el neurotransmisor de la memoria, y se fabrica a partir de la colina. Por lo tanto, su deficiencia, es la causa más común de la pérdida de memoria. La colina se encuentra en el pescado (especialmente las sardinas), los huevos, soja, cacahuetes y otros frutos secos. La colina también mejora el funcionamiento del hígado.
 
Finalmente, la fosfatidilserina, es una parte esencial de los receptores del cerebro, por lo tanto, es indispensable para ayudar a las células cerebrales a comunicarse entre sí.
 
En conclusión: los fosfolípidos son las moléculas de la memoria. Continuará …
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