Desde el Medievo hasta ahora, el guiñol ha fascinado a niños y mayores con historias en las que actúan siempre los mismos personajes básicos, con los se construyen todas las tramas inimaginables. Estamos hablando de un muñeco mal encarado, sucio y agresivo, pegado a un enorme garrote que recuerda al as de bastos, una preciosa y frágil princesa que sufre el acoso del energúmeno, y finalmente el príncipe, que con su brillante espada acude raudo en defensa de tan frágil dama.
¿Como es posible que con tres muñecos de trapo, no solo se pueda atrapar la atención de tanta gente, sino que además, se logre su implicación afectiva?
Veamos: Los tres personajes del guiñol representan tres arquetipos básicos: El muñeco zafio y agresivo, representa el arquetipo del verdugo. La femenina y frágil princesa simboliza la víctima, y el apuesto príncipe es la encarnación del salvador.
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